Empiezan las obras en la vía de Port del Comte, que abrirá en diciembre

Los trabajos para reabrir la carretera de Port del Comte empezaron ayer y la previsión es que el acceso a la estación de esquí quede reabierto en diciembre, para que no afecte a la temporada de invierno. Tres operarios se encargaron ayer de las labores de saneamiento de la ladera tras el desprendimiento que cortó la vía hace un mes. Las obras tienen un presupuesto de unos 180.000 euros y la Diputación y la Generalitat asumirán el 90% del importe, mientras que el consell del Solsonès y el ayuntamiento de La Coma aportarán el 10% restante. El alcalde, Jaume Oriol, explicó que las obras se habrían ejecutado “con la misma celeridad” si no estuviese la estación de esquí, aunque reconoció que este hecho ha ayudado porque “es un revulsivo muy importante para la comarca”. “Estoy seguro que la sensibilidad de la Diputación y la Generalitat hubiese sido la misma porque se trata de una vía muy importante”, señaló Oriol. Tras dos desprendimientos el 15 y 16 de octubre, la carretera quedó cortada la circulación y para acceder a la estación y a su urbanización (donde viven unas 25 personas) se tiene que circular por una vía alternativa que alarga el recorrido unos 20 minutos.

El del acceso a Port del Comte es uno de los numerosos desprendimientos que se han registrado en los últimos meses en Lleida y solo el viernes de la semana pasada se desencadenaron tres aludes de rocas que cortaron carreteras en Maldà, Olius y Rocallaura.

Otro de estos sucesos tuvo lugar en Torà, donde una parte de la muralla medieval cayó el 22 de septiembre. En este caso, la consellera de Cultura, Laura Borràs, aseguró que la Generalitat ya tiene un informe sobre los daños y avanzó que se plantean “llevar a cabo la inversión necesaria por el valor del conjunto”. Borràs recordó que la ya están redactando un expediente para declarar bien cultural de interés nacional (BCIN) el conjunto histórico de la población del Llobregós. La consellera respondió de esta manera a una pregunta del grupo parlamentario de CatComú de Lleida, en la que pedían qué medidas había tomado la Generalitat para restaurar el tramo de muralla que se hundió. Por su parte el alcalde, Magí Coscollola, explicó que en 15 días tendrán la memoria valorada de la intervención y que posteriormente enviarán a la Generalitat. Se trata de un tramo de unos 30 metros de longitud que es propiedad del obispado. Esta zona de la muralla está ubicada en la parte trasera de la parroquia dedicada a Sant Gil donde hasta mediados del siglo XIX se encontraba el cementerio de Torà. Cabe recordar que con el hundimiento quedaron al descubierto restos humanos, que por el momento se han retirado, aunque la calle permanece cerrada. Coscollola explicó que pedirá a la iglesia la cesión de la propiedad para poder intervenir en su recuperación y para que pueda ser una zona visitable.