MOVILIDAD FERROCARRIL
Un alud provoca un accidente mortal que corta 'sine die' la línea de Manresa
Los viajeros harán trasbordo por carretera en los próximos días en el tramo afectado
Un desprendimiento de tierra y rocas sobre las vías de la línea de Manresa en Vacarisses provocó ayer un accidente mortal al descarrilar un tren de la red de cercanías barcelonesa. El siniestro se saldó con un fallecido, 49 heridos y cortó el tramo afectado por el alud. Los viajeros del tren entre Lleida y Barcelona hicieron trasbordos por carretera.
Un alud de rocas sobre las vías de la línea ferroviaria de Manresa en Vacarisses provocó ayer el descarrilamiento de un tren de la red de cercanías de Barcelona, que se saldó con un viajero muerto y 49 heridos. El siniestro tuvo lugar a las 6.15 horas y cortó el tramo afectado. Los viajeros de los seis trenes entre Lleida y Barcelona tuvieron que hacer trasbordos por carretera entre Calaf y Terrassa y se espera que sigan haciéndolo en los próximos días. Adif no pudo avanzar ayer cuándo restablecerá el tráfico en el tramo afectado por el desprendimiento y ha iniciado una investigación sobre este suceso. También lo investiga el departamento de Territorio y el juzgado de instrucción número 4 de Terrassa.
El tramo de vía afectado por el desprendimiento, propiedad de Adif, forma parte del trayecto de los trenes de la línea R12 entre Lleida, Manresa y Barcelona; y de los de la R4, entre la capital de Bages y Sant Vicenç de Calders. Fue un tren de esta última, con 133 personas a bordo, el que sufrió el descarrilamiento de cuatro de sus seis carriles. El accidente segó la vida de uno de los viajeros, un hombre de 36 años de Castellbell i el Vilar (Barcelona) que salió despedido del convoy en el momento del impacto. Los heridos, ninguno grave, fueron trasladados a centros hospitalarios y una veintena recibieron el alta el mismo día. El resto, un total de 83 personas, salieron ilesos. Este tramo había registrado otros dos descarrilamientos de trenes, ambos sin víctimas, en marzo de 2009 y en enero de 2011.
En esta ocasión, las rocas se desprendieron de un muro de contención junto a las vías. El día antes, un maquinista había registrado con su móvil imágenes de agua de lluvia cayendo a raudales desde la ladera en ese tramo. Adif, por su parte, afirmó que sus técnicos lo habían revisado ese mismo día y el pasado viernes sin apreciar riesgo de desprendimientos. Este suceso ha reavivado críticas por la falta de inversión en la red ferroviaria estatal en Catalunya en general; y por el deterioro de la infrastructura de la línea de Manresa en particular.
Investigación sobre lo sucedido y polémica sobre la inversión en la línea
La presidenta de Adif, Isabel Pardo, se desplazó al lugar del accidente, donde anunció una investigación para determinar las causas del desprendimiento. Detalló que es un muro incluido en un plan de vigilancia y contingencia, cuyo cumplimiento evaluarán. También especificó que en 2017 hubo trabajos de contención y que analizarán si la actuación fue correcta. El presidente de Renfe, Isaías Táboas, recalcó que hubo actuaciones de refuerzo recientes y que la vía estaba “en perfecto estado”. También acudió al lugar el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien destacó la “celeridad” de los equipos de emergencias tras el descarrilamiento. El conseller de Territorio, Damià Calvet, afirmó que el Govern investigará si el tramo presentaba “algún índice de peligrosidad”. Apuntó que las líneas ferroviarias a menudo presentan “deficiencias en taludes” y añadió que el problema se agrava por las lluvias. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, recordó que la zona estaba protegida con una red de contención y dijo que “estos días de lluvias han hecho que no aguantara”. El mismo día instó a ERC a apoyar los presupuestos del Estado para poder invertir en la red de cercanías. En Comú Podem y el sindicato CCOO reclamaron más inversiones en este servicio.
Cuatro tramos en Lleida donde los trenes tienen la velocidad limitada Los trenes que circulan por la línea de Manresa deben reducir la velocidad al atravesar cuatro tramos en Lleida. Se trata de limitaciones temporales de velocidad que se aplican por motivos de seguridad allí donde el estado de la infraestructura no permite ir más rápido. Esto sucede, según las últimas informaciones, en dos kilómetros entre Lleida y Bell-lloc, donde el límite son 60 Km/h y en 1,5 kilómetros en el que no pueden pasar de 80 Km/h. Entre esta última localidad y Mollerussa, hay otros dos dos tramos de 1,5 kilómetros cada uno en los que el límite de velocidad es de 70 y 80 Km/h.