ECONOMÍA AMPLIACIÓN
Guissona se prepara para la llegada de 500 nuevos vecinos al año por BonÀrea
El grupo promueve 100 nuevas viviendas tanto de construcción como del Sareb
La población de Guissona, que ha crecido a la sombra del grupo cárnico BonÀrea, se prepara recibir a unos 500 nuevos vecinos cada año hasta 2022, año en que entrará en funcionamiento el nuevo centro del grupo en Épila, Zaragoza. De momento, la cárnica promueve 100 nuevas viviendas entre pisos de nueva planta y del ‘banco malo’.
Guissona se enfrenta a su mayor crecimiento de la mano de BonÀrea y se prepara para recibir cada año a unos 500 nuevos vecinos. La falta de vivienda ha llevado a BonÀrea a tomar la iniciativa y proyecta en menos de un año más de 100 nuevos pisos. Construye 64 pisos en la avenida Verge del Claustre y ha rescatado del Sareb (banco malo) 36 pisos en la avenida Lluís Companys y 16 viviendas unifamiliares en la plaza Catalunya. Según el responsable de recursos humanos, Antonio Condal, el objetivo es que los nuevos trabajadores puedan tener una “vivienda digna y asequible”. Hasta 2022, año en que comenzarán a funcionar parte de las instalaciones de Épila (Zaragoza), el crecimiento de la población rondará los 500 habitantes cada año. Según Condal, se requiere personal para la venta online, profesionales con estudios técnicos y universitarios y para atender el flujo creciente de nuevas tiendas del grupo en Catalunya, Navarra, la Rioja y Valencia.
Además, BonÀrea ha iniciado la urbanización de 2,6 hectáreas para ampliar el espacio de estacionamiento de camiones. Los trabajos se ubican dentro en la zona industrial SUB-10 que tiene una superficie de 29 hectáreas que podrá atender futuras expansiones del grupo.
El municipio denuncia la falta de buenas comunicaciones tanto por el Eix como a Tarragona
El grupo iniciará también en enero la construcción de una segunda residencia de ancianos con una capacidad para 200 personas, una inversión que ronda los 14 millones de euros y que generará 100 nuevas ocupaciones.
Desde hace más dos décadas el crecimiento de Guissona ha sido una constante y ha obligado a crear planes de ordenación urbanística y adaptar los servicios de forma permanente. Según el alcalde, Xavier Casoliva, esta expansión no ha tenido una respuesta acorde por parte de la Generalitat y de la Diputación. El enlace directo con el Eix Transversal está encallado y la comunicación con el puerto de Tarragona, “vía por la que circulan a diario más de 300 camiones de BonÀrea, es precaria”. En cuanto a los servicios locales, el alcalde considera que están obsoletos por falta de inversiones. En 2010 el CAP quedó pequeño, los tres centros de enseñanza públicos superan en más del 50% su capacidad y el parque de bomberos se tuvo que habilitar en una cochera por los recortes de la Generalitat.