Hoteles y segundas residencias rozan el lleno total

La oferta de las pistas de esquí del Pirineo de Lleida por el puente no llega a la mitad de la superficie esquiable pero los más de 100 kilómetros abiertos incluyendo los 36 de la estación de Port del Comte en el Solsonès han atraído a un numeroso público deseoso de estrenar la temporada de nieve. Por ejemplo, ayer pasaron por las estaciones del Pallars y por Boí Taüll, 3.660 y 4.000 esquiadores, respectivamente, según informaron fuentes de los complejos. Los hoteles rozan el lleno en muchos casos, como en el de los del Pla de l’Ermita, al cien por cien con un millar de personas alojadas en todo el complejo.

Mientras, las segundas residencias están llenas y los visitantes que se alojan en ellas generan un importante volumen de negocio en los restaurantes, comercios y establecimientos de las comarcas de montaña como en el Sobirà. Por ejemplo, algunos de los titulares de casas, pisos o apartamentos de Sort apuntaron que este puente hay más turistas de lo habitual, la mayoría de ellos llegaron el miércoles por la tarde y disfrutaron de más días de estancia. Asimismo, destacaron que alguno de los pisos del Sobirà se han alquilado para el puente y se han convertido en pisos turísticos. En Aran, aunque se registró alguna cancelación en hoteles por falta de nieve, las segundas residencias se mantenían llenas al tratarse de un público más fiel, según las primeras estimaciones del Patronato de Turismo de Lleida. Asimismo, la ocupación tanto en hoteles de las comarcas de montaña como en las segundas residencias rozan el lleno absoluto desde el viernes, cuando la afluencia de turistas ha sido más importante de todo el puente.

Por su parte, en la estación de Aramón Cerler, la única que está abierta en todo el Pirineo aragonés en este puente de la Purisima, se formaron largas filas el viernes para subirse a los remontes que estaban en funcionamiento. Cerler tiene un dominio esquiable de 32 kilómetros repartidos en 29 pistas y con 11 remontes en funcionamiento.

Asimismo, la estación de Grandvalira en Andorra suspendió el sábado a media mañana la venta de forfaits al alcanzar su capacidad máxima. A las once de la mañana había 10.000 esquiadores en los 54 kilómetros de pistas abiertas entre Grau Roig, Pas de la Casa y Encamp. Una cifra que la dirección consideró elevada para mantener los estándares de calidad y para garantizar la seguridad en las pistas.

Cuando el complejo de Granvalira está en pleno rendimiento, y no al 25% de pistas abiertas como en este puente, se pueden acoger una media de nos 15.000 esquiadores diarios. Ayer también se suspendió la venta de forfaits por internet y se limitó la venta en taquilla.