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ENTREVISTA AGRICULTURA

«El Canal d'Urgell tiene que modernizarse para subsistir»

«El Canal d’Urgell tiene que modernizarse para subsistir»

«El Canal d’Urgell tiene que modernizarse para subsistir»SEGRE TÀRREGA

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Amadeu Ros es el nuevo presidente del Canal d’Urgell tras lograr más avales que sus otros tres contrincantes, Robert Simó, vicepresidente del organismo y responsable de la colectividad número 11 de Mollerussa; Josep Maria Padullés, regante de la colectividad de Linyola; y el síndic de la colectividad número 10 de Miralcamp, Ramon Masot, el pasado domingo 16. Renovador y crítico, es partidario de cambiar las ordenanzas para limitar la duración de los cargos y sobre todo, impulsar la modernización para “poder subsistir”.

El presidente de la colectividad número 2 de La Fuliola y actual alcalde de Tornabous, Amadeu Ros, será el nuevo presidente de la Comunidad de Regantes del Canal d’Urgell en los próximos 4 años. Representante del sector renovador, esta ha sido la tercera vez que se presenta a la presidencia, ya lo hizo en 2010 y 2014, como competidor directo de Ramon Carné, que en esta ocasión no optó al relevo tras 19 años en el cargo. Consiguió el aval de 38.300 hectáreas (más de la mitad de las 70.000 del área regable), suficientes para darle la victoria en las elecciones del pasado domingo 16.

¿Cómo prevé iniciar su mandato?

Primero, tal como avancé en la campaña electoral, dejaré la alcaldía. En enero comenzarán los trámites para dejar mis responsabilidades como primer edil y centrarme plenamente en la presidencia del Canal d’Urgell y formar mi equipo de gobierno.

Usted es representante del sector más renovador del Canal y considera que el organismo está politizado. ¿Cómo lo despolitizará?

Cambiando las ordenanzas. Me han votado gente de todos los colores que también tienen mi misma percepción. Todos me conocen. Serán los servicios jurídicos los que tendrán que decir cómo se hace. Lo que no puede ser es que un solo alcalde tenga en las manos el equivalente de 4.200 hectáreas y sea el portavoz de todos los abastecimientos (48 municipios y los consells del Urgell y la Segarra). Todos los consistorios deben estar representados, pero deben ser los regantes los que decidan.

Cambiar las ordenanzas será un proceso difícil.

Tenemos la mayoría para preparar este cambio, tanto en la asamblea como en la junta de gobierno y una mayoría aplastante de los responsables de las 20 colectividades de la comunidad. Es totalmente factible. ¿Será un proceso largo? Seguro, pero lo propondremos en la próxima asamblea de marzo para comenzar el proceso.

¿Uno de las principales objetivos a acotar es el mandato de los presidentes?

Desde luego. No puede ser que los mandatos se alarguen hasta casi 20 años. Como máximo deben durar dos legislaturas. Mi intención es estar al frente de la Casa Canal ocho años.

Entre sus principales aspiraciones, la modernización de las 70.000 hectáreas del Canal d’Urgell. ¿Cómo lo hará?

La mayoría de los presidentes de las colectividades quieren que esta actuación la coordine la Casa Canal. Será el principal tema de las jornadas que se organizarán en febrero bajo el lema Reg i Futur donde la junta de gobierno ya abordará los principales planes de modernización y se sentarán las bases. No es posible abordar un proyecto tan ambicioso si lo hace cada colectividad por su lado, aunque cada colectividad sea independiente y tome sus propias decisiones. Esto se debe plasmar en las ordenanzas.

Está previsto algún calendario?

Crearemos comisiones para decidir con todos los síndicos. Necesitaremos medio año o un año para tener las bases listas.

¿Cree que será difícil convencer a los regantes para financiar estas obras?

Creo que lo difícil será convencer a los Gobiernos para lograr financiación. Será más fácil tener dinero si todos estamos convencidos. Para el Canal d’Urgell no tiene que ser difícil abordar estas obras aunque no serán sencillas. Aquí serán los técnicos los que digan qué y cómo se tiene que hacer. Las obras tendrán que esperar, pero no tienen por qué ser complicadas.

La modernización supondrá un ahorro de agua. ¿La que no se utilice podría derivarse a Barcelona o a otras áreas regables?

La modernización debería ir arropada por todo el sector agroalimentario. Tiene que haber un cambio de cultura en lo que respecta al ahorro de agua. Para pensar en un trasvase, primero se tiene que modernizar el Canal d’Urgell y después ya se verá. Todas las grandes inversiones se las lleva Barcelona. Sería momento de pensar en Lleida, sobre todo teniendo en cuenta que el regadío es garantía de alimentos para Catalunya. Se trata de modernizar o morir, ya que los jóvenes abandonan el campo y no hay relevo generacional.

¿Cambiar el riego a manta por goteo y aspersión cambiaría esta situación?

La modernización da ilusión a todo el territorio. Permitirá el cambio de cultivos aunque el sector industrial también se lo tiene que creer y darnos su apoyo. El Canal d’Urgell no tiene grandes extensiones de riego, son familiares, áreas pequeñas que buscan una solución. Mucha gente está jubilada o a punto. Cobran pequeñas pensiones. ¿Cómo van a pagar la implantación de estos sistemas aunque sea en 4 o 5 hectáreas?. Esta es otra cuestión a la que hay que dar solución.

¿Cómo será la relación con el Segarra-Garrigues?

Son vecinos y amigos y tiene que haber futuro para todos. Nosotros tenemos una dotación pero si la superficie regable se moderniza y, al final, hay agua sobrante, se puede ayudar cuando haya problemas.

También asumirá la presidencia de la Associació Catalana de Comunitat de Regants. ¿Con quién tiene más afinidad, con las comunidades catalanas o con las de la Federación de Regantes del Ebro?

La Federación de Regantes del Ebro defiende el derecho al agua para el riego y yo estoy también en este frente.

A la hora de modernizar las zonas regables de Lleida y para hacer más presión a la Administración, ¿no se podría hacer un frente común con los canales Aragón y Catalunya y Pinyana?

No es una mala propuesta. Se podría plantear.

Para el mantenimiento de las arboledas en las banquetas del canal ¿se ha propuesto alguna política que implique menos conflictos con entidades ecologistas?

Desde luego que sí. No se cortará ni un árbol sin que haya garantías de volver a plantar muchos más. Incidiremos en la conservación y potenciación de las banquetas y en los próximos días me pondré en contacto con todas las entidades que las salvaguardan.

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