La Generalitat potenciará usos industriales en el aeropuerto de Alguaire

La Generalitat descarta Alguaire para absorber parte del creciente tráfico de vuelos de pasajeros que recibe Catalunya y solo considera usar las pistas de Reus y Girona como apoyo a El Prat. Así se desprende de los primeros documentos del futuro plan de aviación hasta 2030, que plantea “reconvertir” el aeropuerto de Lleida para usos industriales.

El plan de aviación que prepara la Generalitat excluye Alguaire como opción para acoger el creciente tráfico de aviones de pasajeros que recibe Catalunya. Los primeros documentos de esta planificación solo contemplan Reus y Girona como posibles refuerzos a El Prat y, en el caso de Lleida, proponen “reconvertir” las instalaciones actuales para usos industriales. Se trata de un camino que ya ha emprendido la empresa pública Aeroports de Catalunya con la incorporación de nuevas empresas en el último año, aunque sin renunciar a aerolíneas ni a vuelos charter.

Los primeros documentos del plan, actualmente en información pública, plantean la necesidad de elaborar una “propuesta de reconversión” de Alguaire como “aeropuerto industrial” que deberá perfilarse en los próximos meses. Por ahora solo precisa que deberá incluir un “área de pruebas para aeronaves” y un “espacio formativo”, lo que supondrá, apuntan, una nueva distribución del espacio en el recinto aeroportuario.

El primer borrador del plan llega tras estudios que califican de “prescindible” el aeropuerto leridano

En materia de vuelos comerciales, el plan de la Generalitat solo baraja dos escenarios: una ampliación de las instalaciones de El Prat; o bien adoptar medidas para optimizar el tráfico aéreo de Barcelona y usar las pistas de Girona y Reus como refuerzo. Las conclusiones provisionales defienden esta última por su menor coste e impacto ambiental. Cabe señalar que los tres aeropuertos son de titularidad estatal. El de Alguaire, el único aeropuerto propiedad de la Generalitat junto con el de La Seu, ni siquiera se menciona al tratar sobre tráfico de viajeros.

Este primer borrador del futuro plan, que deberá guiar las políticas de la Generalitat en materia aeroportuaria hasta el año 2030, llegan más de un año después de que estudios encargados por el Govern calificasen de “prescindible” el aeropuerto leridano y considerasen “inviable” dedicarlo a vuelos de pasajeros. Esta ha sido su principal actividad desde su inauguración a principios del año 2010 y, hasta hace poco, casi la única. Hasta ahora nunca se ha utilizado tampoco para transporte de mercancías, otra de las funciones debían justificar la inversión de cien millones de euros necesaria para construir el aeropuerto durante la pasada década.

En cuanto al aeropuerto Andorra-La Seu, los primeros documentos ambientales del plan señalan que el riesgo de impactos con aves es “especialmente sensible” en esta infraestructura y plantea la necesidad de medidas correctoras. Por su parte, el aeródromo de la Cerdanya figura solo como un instalación para la aviación deportiva, frente al temor de vecinos de la zona y colectivos ecologistas a que se convirtiera en un nuevo aeropuerto para vuelos comerciales. El documento recuerda que en los últimos años se ha clausurado el aeródromo de Alfés y que no se ha construido el enlace ferroviario previsto años atrás hasta el aeropuerto de Alguaire.

La mayoría de los vuelos, en invierno y desvíos por la niebla

Los vuelos durante la temporada de esquí suponen la mayor parte del tráfico de viajeros que recibe el aeropuerto de Alguaire, unos 30.000 al año. Sin embargo, el momento de mayor actividad coincide con las fechas en que episodios de niebla densa obligan a cerrar el aeropuerto. Es lo que ha pasado en las últimas dos semanas, en las que la falta de visibilidad ha obligado a desviar a Reus los aviones del turoperador Neilson y los de la aerolínea Jet2. La gran mayoría de los esquiadores que aterrizan en Alguaire tienen como destinación las pistas de Andorra.

Formación, logística y otras actividades se abren paso

La formación de pilotos que la empresa lituana BAA Training desde octubre ha disparado el número de operaciones en el aeropuerto de Alguaire, que cerró el año 2018 con más de 5.000 despegues y aterrizajes, una cifra que duplica a la de 2017. Las instalaciones de Lleida han vuelto a acoger pruebas en tierra de prototipos de drones de Singular Aircraft (la normativa española impide por ahora hacerlos volar) y dos compañías han usado Alguaire como estacionamiento de aviones de larga duración. Este año deberá estrenarse también como base de actividad logística.