Dos años de cárcel por intentar violar a una prostituta

La Audiencia de Lleida condenó ayer a un vecino de La Coma i la Pedra (Solsonès) a dos años de prisión por intentar violar a una mujer que ejercía la prostitución en La Seu d’Urgell. La condena se produjo después de que las partes llegaran a una conformidad y el acusado, de 38 años, reconociera los hechos, lo que finalmente evitó la celebración del juicio. En un principio, la Fiscalía solicitaba una pena de dos años y medio de cárcel por un delito de tentativa de agresión sexual y otro de lesiones. Finalmente, tras llegar a un acuerdo, el acusado aceptó dos años de cárcel (por lo que no ingresará en prisión por esta causa), además del pago de una multa de 180 euros. Se le aplicaron las atenuantes de intoxicación etílica y alteración de la percepción.

Según el escrito de la acusación del Ministerio Público, los hechos tuvieron lugar el 12 de julio de 2017 en una vivienda de La Seu d’Urgell donde la denunciante ejercía la prostitución. El acusado acudió a la vivienda y concertó un servicio con la denunciante. Sin embargo, tras finalizar la hora concertada, el procesado, que “no pudo consumar la relación sexual debido a su estado de embriaguez”, intentó forzar a la mujer en dos ocasiones, algo que no consiguió por la gran resistencia que ofreció la víctima. Asimismo, el acusado inició una persecución de la mujer por varias habitaciones de la vivienda que acabó en las escaleras del inmueble, “incluso llegando a tirarla al suelo”, donde volvió a intentar agredirla sexualmente. Según la Fiscalía, un amigo de la denunciante pudo avisar a la policía, que identificó al hombre. La mujer sufrió varias contusiones que tardaron cuatro días en curar. El Ministerio Público, además de la condena de prisión, también solicitaba que el acusado pagara una indemnización de 1.500 euros a la denunciante por los daños físicos y morales causados.

La adicción al alcohol y las drogas, además de un trastorno adaptativo mixto, han reducido la pena

En su escrito, la Fiscalía tenía en cuenta que el acusado estaba diagnosticado como dependiente al alcohol y el abuso de sustancias como el cannabis y la cocaína. Asimismo, padece un trastorno adaptativo mixto y un ligero retraso mental, atenuantes que se han tenido en cuenta para reducir la pena.