El asesino de su novia en Cervera pisará la calle por primera vez a los 20 años del crimen

El viernes se cumplirán 20 años del asesinato y violación de Marina Ruiz en Cervera. Su pareja, Serafín Cervilla Valle, fue condenado en 2001 a 36 años de cárcel (de los que 30 debían ser de “prisión efectiva”). Ese año entró en prisión y este 2019 podría pisar por primera vez la calle. Será con una salida programada con profesionales del Centre Penitenciari Ponent del que solo falta aprobar el permiso, según informaron fuentes solventes. Cuando tenga el beneplácito se programará la fecha concreta. La salida forma parte del programa de Intervención para Agresores Sexuales (SAC) que está siguiendo. Cervilla cumplirá condena en 2031 después de que le aplicaran el máximo de 30 años permitido por ley (ver desglose).

La Audiencia de Lleida consideró que cometió el crimen con “especial brutalidad” después de que movido por los celos, según la sentencia, la madrugada del 15 de febrero de 1999 esperara a su pareja y la condujera a la vía del tren. “Allí, de manera sorpresiva, la golpeó brutalmente en la cabeza con una barra de hierro”. Con la barra la agredió sexualmente. También le mordió y la estranguló. No fue detenido hasta 8 meses después. Tras el crimen, incluso encabezó manifestaciones en las que reclamaba que encontraran al asesino. Una de estas le delató: los Mossos sospecharon de él porque depositó un ramo de flores en el lugar exacto del crimen, que solo el asesino conocía. Más contundente en su contra fue aún el molde que hicieron de su dentadura, para lo que prestó su consentimiento. Según los forenses, se correspondía con un mordisco que presentaba la víctima en un pecho y fue clave para considerarle culpable. Después, pidió anular la prueba. La brutalidad del asesinato también llevó a pensar en un móvil pasional. Meses después de su detención quedó en libertad con cargos. Ingresó en prisión en octubre de 2011, tras conocerse la condena.

Cumplirá 30 años de condena, el máximo por ley para este caso La Audiencia de Lleida aplicó por primera vez con el vecino de Cervera el artículo 76 del Código Penal reformado en 1995, que eliminó para los presos redenciones por trabajo (un día menos por cada dos trabajados). En este caso, se le aplicó porque fue condenado por dos o más delitos y alguno de ellos estaba castigado por la ley con pena de prisión superior a 20 años. Concretamente, 22 años por un delito de asesinato y 14 años por agresión sexual. Es algo parecido a lo que le ha sucedido al asesino de los dos miembros de los Agentes Rurales en Aspa, cuya sentencia se conoció el lunes (ver SEGRE de ayer). En este caso ha sido condenado a un total de 45 años de cárcel, 22 años por cada asesinato, y la Audiencia de Lleida determina en la sentencia que podrá cumplir 40 años de prisión efectiva.