PATRIMONIO INTERVENCIONES
Cerrada la iglesia de Alpicat por el peligro de desplome de su tejado
El obispado de Lleida comunicó ayer la medida y cuantifica las obras en 150.000€
El obispado de Lleida cerró ayer al culto la iglesia de Sant Bartomeu de Alpicat a raíz de los desprendimientos registrados hace unas semanas en la nave principal. Así lo comunicó ayer el obispo, Salvador Giménez, a los fieles y al alcalde, Joan Gilart, tras la misa dominical. El templo permanecerá cerrado los próximos meses y los oficios religiosos se trasladarán a la Sala La Unió mientras duren las obras de reparación, explicaron fuentes de la diócesis. La medida se ha tomado tras el informe del arquitecto del obispado que aconseja llevar a cabo las actuaciones de manera inminente para garantizar la seguridad del edificio y de los peatones. El coste aproximado de las reparación del tejado se ha valorado en unos 150.000 euros.
Fuentes del obispado remarcaron que no se sabe cuando comenzarán las obras “aunque debe ser lo más rápido posible ya que los informes técnicos consideran que la afección es importante”. En cuanto a la financiación, la diócesis buscará fórmulas para sufragar la inversión.
Por su parte, el alcalde de Alpicat, Joan Gilart, indicó que ya se habían hecho intervenciones en los laterales del templo y que hace unas semanas saltó yeso del techo de la nave central. No obstante, la iglesia permaneció abierta hasta que ayer el obispo comunicó su cierre inmediato. Gilart apuntó que existe el precedente de Rosselló (ver desglose) “por lo que el obispado prefiere ser cauto y aconseja el cierre ya que son edificios de más de 200 años y no se sabe cómo pueden estar las vigas”. Gilart añadió que el ayuntamiento no está en disposición de financiar las obras aunque, por el momento, no se han tenido conversaciones al respecto.
La quinta clausurada tras Algerri, Rosselló, Almenar y La Granja El de Alpicat es el quinto templo que cierra sus puertas por problemas estructurales después de que lo hicieran los de Rosselló, Almenar, La Granja d’Escarp y Algerri, tras constatar el mal estado de este último. El desplome de la torre de la iglesia de Rosselló, en enero de 2016, fue el más impactante y, según el alcalde de Alpicat, el obispado no quiere que vuelva a suceder lo mismo. Rosselló volvió a reabrirla a mediados del pasado año aunque todavía queda por reconstruir el campanario.