Jordi Sànchez niega un “intento de atacar” Economía y defiende el derecho de protesta

La sexta jornada del juicio a los líderes del procés estuvo protagonizada por el exlíder de la ANC y diputado de JxCAT, Jordi Sànchez, quien negó rotundamente que existiese cualquier intento de “atacar” la conselleria de Economía durante la manifestación del 20 de septiembre de 2017, y aseguró que no se pretendía impedir el trabajo de la comitiva judicial. Asimismo, alegó que no asumió ninguna responsabilidad para garantizar el orden público, ya que esto recaía en los Mossos d’Esquadra. Sànchez respondió a la Fiscalía, a la Abogacía del Estado y a las defensas para reivindicar el derecho de protesta y descartar que existiera violencia en las concentraciones de la conselleria de Economía.Sànchez empezó a declarar en el juicio tras el testimonio del exconseller de Empresa Santi Vila.

Antes de empezar, Sànchez se definió como “preso político” y aseguró que el juicio en el Supremo también es un proceso “político”, pero dijo que iba a dar al tribunal la “oportunidad” de demostrar su imparcialidad. Asimismo, replicó al rey Felipe VI cogiendo sus palabras y transformándolas para defender la independencia. “No hay democracia sin ley, pero no puede haber una ley que ahogue la democracia para no permitir que evolucionen unos derechos que las instituciones deben revisar”, aseguró.

El fiscal Javier Zaragoza empezó preguntándole sobre la denominada “hoja de ruta” de la ANC, y su exlíder aseguró que este es un método muy frecuente de organización en cualquier organismo, sin que ello sea una “declaración de intenciones”. Al ser cuestionado sobre sus rol como líder en la ANC, Sànchez defendió la capacidad de movilización de la entidad, así como su legalidad y legitimidad, también para defender la independencia. “Es perfectamente legítimo poder plantear la independencia como es el deseo de mi persona y de la ANC”, afirmó. En este sentido, el exlíder de la entidad también se quejó de que la acusación cuestione “movilizaciones absolutamente pacíficas”.

Zaragoza basó casi todas sus intervenciones en los sucesos del 20S en Economía, la principal causa por la que le imputan el delito de rebelión. Al respecto, Sànchez reconoció que la propuesta de esta acción no fue sólo suya, y admitió que lanzó un tuit llamando a la concentración en la sede de la conselleria, pero que antes de hacerlo, lo comunicó a la autoridad competente. Añadió que cuando llegó al lugar, había “una muralla humana”, algo “normal” en una concentración, según él, y que intentó entrar en la conselleria, pero la Guardia Civil no le dejó.

Por otro lado, también habló de las llamadas que había recibido por parte del entonces conseller de Interior, Joaquim Forn, el major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y la intendente Teresa Laplana, tras las muchas preguntas del fiscal entorno a ellas. Sobre Forn, aseguró que este le había dicho que “debería facilitar un espacio, un pasillo, para poder garantizar la entrada de las personas que considere la comitiva judicial”, debido al gran volumen esperado de manifestantes ante la conselleria. Este le remitió a Trapero y este, a su vez, a Laplana, y comentaron sobre los posibles asistentes. Sànchez aseguró que durante toda la jornada la concentración fue reivindicativa, pero también festiva, y que se dedicó a coordinar los voluntarios de la ANC para que hicieran de servicio para garantizar el orden.

El fiscal le preguntó sobre la seguridad durante el 20S y aseguró “usted era responsable de lo que estaba pasando allí”. Sànchez insistió en que no era el responsable: “Yo no asumo la seguridad de nada, yo hago unas tareas de servicios de orden. La seguridad es competencia de los Mossos y de la Guardia Civil, con lo cual, yo niego la mayor, no asumo nada de nada”.

También negó que la concentración obstaculizase el trabajo de la comitiva judicial: “hicieron con absoluta normalidad su trabajo. No lo digo yo, lo dicen los tenientes, los responsables de la comitiva, ante la juez Lamela.