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Una vida en la frontera

El número de leridanos que trabajan en Andorra repunta por primera vez tras caer de 2.500 a 1.335 por la crisis || La apertura comercial ha disparado la inversión extranjera y un 51% es española

Vista de Andorra la Vella, donde se concentran la mayor parte de las instituciones, los comercios y los servicios, y de Escaldes.

Vista de Andorra la Vella, donde se concentran la mayor parte de las instituciones, los comercios y los servicios, y de Escaldes.C.SANS

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El número de trabajadores leridanos que viajan a diario a Andorra para trabajar ha repuntado de nuevo después de una caída motivada por la crisis que supuso pasar de 2.500 transfronterizos a 1.335. Actualmente se sitúan ya sobre los 1.580 y todo apunta a que irán a más. Hay condiciones que han mejorado pero aún reivindican derechos.

Los trabajadores fronterizos han incrementado su presencia en Andorra por primera vez después del gran descenso que se registró por la crisis económica. De hecho, fue uno de los colectivos que se vio más afectado después de que el país redujera a la mitad sus contrataciones. Las estadísticas del año 2009 del Govern andorrano cifraban en 2.500 personas los trabajadores con residencia en el Alt Urgell y empleo en Andorra, pero el descenso de los años posteriores fue muy importante, llegando hasta los 1.335 en el 2016. Ahora las autorizaciones de este régimen laboral han repuntado un 19% y se sitúan en 1.580 trabajadores (a fecha 31 de enero del 2019), un balance que sirve de indicador de que la crisis ha llegado a su fin en el Principat.

El Alt Urgell es la puerta de entrada de Andorra y la proximidad a este importante polo demográfico y de actividad económica es, sin duda, un beneficio para el crecimiento económico de la ciudad de La Seu d’Urgell. A pesar de haber vivido un descenso en los últimos años, los trabajadores fronterizos continúan teniendo un peso importante dentro del mercado laboral. Al cierre de 2018 Andorra tenía 38.118 asalariados, en una población de 76.170 personas.

La movilidad ha mejorado con la reforma de las carreteras pero aún reivindican derechos

El capital extranjero ha generado en Andorra la creación de 1.390 puestos de trabajo

El elevado precio del alquiler en el Principat atrae a familias al Alt Urgell para residir

La mejoría económica se ve también en el último balance del departamento de Inmigración del Govern de Andorra, que destaca que las autorizaciones de trabajo fronterizo se han multiplicado prácticamente por cuatro desde 2014, pasando de 67 a 249 en 2018. Los cambios que se han introducido a los dos lados de la frontera, como la habilitación de una concejalía específica en el ayuntamiento de La Seu que ha formado una comisión técnica que canaliza y vehicula las ofertas de trabajo o una colaboración más estrecha entre el consistorio de la capital del Alt Urgell y el Govern de Andorra, ha beneficiado sin duda al colectivo. Pero también gracias a la apuesta del Ministerio de Justicia e Interior andorrano en el año 2014 de aprobar un reglamento específico de contratación para este colectivo, tanto de temporada como prorrogable con el objetivo de incentivar su contratación y de hacer que sea más permeable.

El ayuntamiento de La Seu, por su parte, ha organizado cuatro sesiones de workshop ocupacional en las que la presencia de empresas andorranas que ofertan empleo es importante y han dado un balance total de más de setenta nuevos contratos de trabajo firmados. Los sectores con mayor volumen de contratación de vecinos del otro lado de la frontera son los de la hostelería, el turismo y el comercio, seguidos de personal directivo, técnicos superiores y auxiliares de enfermería.

Desde el año 2012, Andorra permite que se instalen en el país empresas de capital mayoritariamente extranjero. La ley culminaba el proceso de apertura económica del país e implicó un importante volumen de ingresos para el gobierno del Principat. Entre 2012 y 2017 se tramitaron un total de 3.481 solicitudes de empresarios extranjeros para invertir en el país, de las cuales 2.813 se formalizaron y dejaron 361 millones de euros, equivalente al 3,1% del PIB.

Los empresarios españoles copan el 51,5% del total de la inversión, con más de 186 millones de euros (de los 361 millones totales).

Según el departamento de Estadística del gobierno de Andorra, de las 2.813 solicitudes formalizadas para invertir en el país, 1.298 (un 46,1% del total) procedieron de España. A estas les siguieron las francesas, con un 25,6% de las inversiones y una de ellas que superó los 68 millones (un 19%).

Por sectores, el de servicios se presenta como el más atractivo para atraer inversión foránea. Y es que más del 45% (1.274) de todas las operaciones correspondieron a este apartado. A mucha distancia se sitúa el de la comercialización, venta al detalle y al por mayor, con 904 operaciones autorizadas (32%). En total, el capital extranjero ha generado en el país vecino durante estos seis años 1.390 nuevos puestos de trabajo.

Dos de cada diez arrendatarios de La Seu ya son de Andorra El incremento del precio de la vivienda en Andorra se ha convertido en la principal preocupación de los ciudadanos que viven en el país vecino llegando incluso a movilizarse para denunciar la situación. Según un estudio sociológico andorrano del 2018, un 24,6% de la población tenía el precio de la vivienda como principal problema. El mercado del alquiler en Andorra se complica cada vez más debido a la falta de oferta y una demanda cada vez mayor y ello ha provocado que familias que trabajan en Andorra hayan optado por cambiar su lugar de residencia hasta el Alt Urgell, y actualmente ya suponen dos de cada diez arrendatarios de la capital alturgelense. Ante las dificultades por hacer frente al alquiler, anteriormente la práctica era, según el sector inmobiliario andorrano, trasladarse a las parroquias más altas, pero el parque de pisos de todo el país está prácticamente lleno. Ante esta ‘burbuja’, el sector inmobiliario de La Seu ve cómo la clientela andorrana va cada vez más en aumento y en consecuencia, como esta situación dispara los precios de toda la comarca del Alt Urgell. El representante de la Gestoria Estañol de La Seu, Èric Obiols, asegura que “el 20% de la clientela” es andorrana o trabaja en Andorra y está convencido de que la cifra “irá al alza”, pero alerta que el parque de pisos disponible “es ahora ya prácticamente nulo”. Si bien la diversidad del precio es alta según la zona o la parroquia, el precio medio del alquiler en el país vecino gira entorno a los 10 euros por metro cuadrado, por lo que una familia que necesite un piso de 90 metros cuadrados, de tres habitaciones de media, debe pagar 900 euros al mes. En La Seu, se sitúa en 5 euros el metro y un piso similar se alquila por “400 o 450 euros”.

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