Coll de Nargó desencalla la electrificación del valle de Sallent, en el que habitan 50 vecinos

El ayuntamiento de Coll de Nargó desencallará la última fase de las obras de electrificación del valle de Sallent, en el que viven y tienen casa cerca de 50 personas, este mismo año. Alguno de los proyectos para traer la luz a esta parte del municipio, formada por masías diseminadas y granjas, data de más de 50 años, con vecinos que todavía recuerdan las estacas clavadas en el suelo señalizando la ubicación de unas torres que entonces no vieron instalar. Hace ocho años el proyecto tomó forma con la instalación de 122 torres eléctricas y transformadores pero las dificultades económicas obligaron a paralizar el despliegue y desde entonces los vecinos están a la espera y siguen suministrándose a través de placas solares. La espera ha obligado al ayuntamiento a renovar toda la documentación después de que los permisos solicitados por el anterior consistorio caducaran. El alcalde, Martí Riera, explicó que han tenido que “repetir todos los trámites”, incluido el plan especial urbanístico, que la comisión territorial del Alt Pirineu aprobó de nuevo hace poco más de una semana. “Ahora está ya todo en marcha y estamos seguros de que la luz podrá llegar a las primeras casas este mismo verano”, explicó Riera. La parte del proyecto que ejecutará ahora supondrá una inversión de 200.000 euros y consiste en la conexión de la línea existente con las casas y en la instalación de 3 transformadores. La conselleria de Territorio y Sostenibilidad les obliga también a pintar 12 torres para reducir el impacto paisajístico y desbrozar la línea principal “que desde que la instalaron en el 2011 está llena de vegetación”, dijo Riera. Las obras, ya adjudicadas, se prolongarán tres meses. El proyecto inicial se vio afectado por la presencia de dos parejas de quebrantahuesos, que obligó a modificar el trazado. La inversión hasta ahora supera los 800.000 euros. El alcalde confió en que la llegada de la luz sea un revulsivo para que se rehabiliten viviendas cerradas.

El Alt Urgell cuenta con otros dos núcleos que todavía se abastecen con plazas solares para disponer de electricidad. Son Argestugues, en el que residen de forma fija unas 25 personas, y Berén, que cuenta con algunas viviendas restauradas, todas ellas de segunda residencia. El de Sallent es uno de los pocos valles que quedan por electrificar en el Pirineo. En la Alta Ribagorça y el Pallars Jussà, por ejemplo, no hay núcleos habitados sin conexión a la luz.