SUCESOS TRIBUNALES
Acepta 17 años de internamiento por asesinar a su padre en Binéfar
La Fiscalía estima la eximente completa por enajenación mental y el acusado evitará la cárcel || Asestó una veintena de puñaladas a la víctima, de 90 años y senil
La Audiencia Provincial de Huesca acogió este lunes el primer día de juicio contra un vecino de Binéfar acusado de matar a puñaladas a su padre en junio de 2017. La Fiscalía y la defensa llegaron a un acuerdo antes del inicio de la vista por el que el acusado, José Antonio Mata, deberá ingresar en un centro psiquiátrico durante un máximo de 17 años. El Ministerio Público acepta así la eximente completa para el acusado por un trastorno esquizoafectivo de tipo maníaco. Pese al acuerdo, se celebrarán los tres días de juicio previstos al tratarse de un tribunal con jurado. Según publicó ayer el Heraldo de Aragón, el acusado confesó que apuñaló a su padre hasta 20 veces “para que no sufriera y no se quedara peor de lo que ya estaba”.
El procesado, de 52 años, también dijo en que se llevaban muy bien pero “cuando te da un brote, no sabes lo que haces”. La Fiscalía tipifica los hechos como un delito de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco, aunque aplica la atenuante de confesión y la eximente completa de alteración psíquica. Por ello, solicita su absolución penal, por lo que ingresará en un centro psiquiátrico. Por su parte, la defensa solicitó que este ingreso efectivo sea por un máximo de 10 años. Según el escrito del Ministerio Público, los hechos ocurrieron el 13 de junio de 2017 cuando el acusado se encontraba en el domicilio familiar en Binéfar, donde convivía con su padre, de 90 años. El procesado le asestó varias puñaladas con un cuchillo de cocina y la víctima intentó defenderse. Una vez el anciano estaba en el suelo, su hijo siguió apuñalándole hasta un total de 17 veces en el tórax mientras gritaba “¡Muere! ¡Muere! ¡Muere!”. Inmediatamente después, el acusado le asestó tres heridas cortantes más en el cuello. Tras cometer los hechos, salió a la calle ensangrentado y entró en un negocio de informática para pedir ayuda. Según la Fiscalía, en el momento de los hechos el acusado tenía las capacidades volitivas y cognitivas absolutamente anuladas por el trastorno psiquiátrico que sufre mientras que la víctima presentaba un deterioro cognitivo desde 2014, con un diagnóstico de “senilidad”. El anciano se encontraba en una situación de dependencia absoluta, cuidado por su hijo.