MUNICIPIOS SUCESOS
Lleida registra 115 desprendimientos de rocas en carreteras en 2018, un año récord de lluvia
El martes se cumple un año del desprendimiento de Castell de Mur, que se cobró la vida de dos personas
El año pasado fue uno de los más lluviosos en años, con 1.050 litros en Oliana y 2.000 en Espot. Este hecho provocó que en las comarcas de Lleida se registraran 115 desprendimientos de rocas sobre las carreteras de la demarcación, la mayoría de ellos en la Noguera (30) y el Solsonès (27), mientras que en el conjunto de Catalunya hay contabilizados 428 aludes, según los datos proporcionados por Protección Civil y que van desde abril hasta diciembre. En Lleida, el Jussà (18 aludes de rocas) y el Sobirà (11) fueron las otras dos comarcas más perjudicadas por los movimientos de terreno sobre las carreteras. Estos desprendimientos van desde la presencia de pequeñas rocas en las vías hasta grandes movimientos de tierra. De hecho, fue en el Pallars donde se registró el desprendimiento más grave de todos los que sucedieron el año pasado. Tuvo lugar el 16 de abril de 2018 (el martes se cumplirá un año), cuando un alud de rocas en Castell de Mur se cobró la vida de dos personas, los padres del alcalde de Sant Esteve de la Sarga, Jordi Navarra. Otro de los aludes de rocas de más magnitud fue el que cortó durante dos meses la carretera de acceso a Port del Comte. La acumulación de agua en las montañas provocó movimientos de tierra en Mencui (Soriguera), donde aparecieron grietas en una calle y en una de las casas de la población.
Jordi Navarra explicó que para las administraciones competentes tiene que ser prioritario actuar para prevenir desprendimientos y evitar así “ males mayores”. “Los geólogos pueden disponer de conocimientos suficientes para hacer un diagnóstico y reducir la incertidumbre sobre en qué momento va a pasar”, aseguró Navarra. “¿Quién va decirme a mi que es muy difícil, casi imposible, que se desprendan 60.000 toneladas de piedras justo en el momento en que circule un vehículo por la carretera rural y que en ese vehículo vayan tus padres? Nadie puede decírmelo”.
El geólogo Joan Escuer apuntó que no le consta que se haya hecho en este último año algún paso significativo para mejorar la prevención de desprendimientos, “difícilmente se repetirá una situación como la del año pasado pero ello no significa que se produzcan movimientos de rocas y piedras que caigan en las calzadas”. Para Escuer, lo que sucedió en Castell de Mur fue algo “excepcional”, aunque los trabajos han demostrado que habían caído antes algunas piedras de la balma que podrían haber hecho intuir que algo podía pasar.
Uno de los organismos que asiste a los municipios en temas de desprendimientos es el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC). Solo el año pasado, una decena de municipios pidieron ayuda al ICGC para que evaluara si había riesgo de más aludes o para pedir información sobre subvenciones para consolidar las laderas de las montañas.
“Si queremos evitar la despoblación, se tiene que invertir” El alcalde de Sant Esteve, Jordi Navarra, explicó que un año después del desprendimiento todo sigue igual y que “si queremos evitar la despoblación es necesario invertir”. Asimismo, hizo un llamamiento para que se revise el peligro de los puntos más críticos de la laderas y carreteras locales y rurales para evitar “males mayores”.