SERVICIOS AGUAS
Dos pueblos de la Mancomunitat de Pinyana, aún sin agua de Santa Ana
Benavent no puede llevarla al depósito construido para ello porque está en la finca de un vecino || Alfarràs perdería la mitad del caudal por daños en sus tuberías
Benavent de Segrià y Alfarràs no reciben el agua del pantano de Santa Ana pese a formar parte desde hace años de la Mancomunitat de Pinyana. Ambos siguen captándola del canal de Pinyana, aunque lo hacen por razones distintas. El primero no ha podido estrenar todavía el depósito que la empresa estatal Acuaes construyó hace ya una década. El segundo pierde casi la mitad del sumini tro en una red de conducciones gravemente deteriorada.
El depósito de Benavent está en suelo propiedad de un particular. A finales de la década pasada la parcela debía pasar a manos del ayuntamiento para equipamientos, en el marco de un proyecto de urbanización que quedó finalmente frustrado por la crisis. El alcalde, Manel Català, indicó que ya hay acuerdo entre Acuaes y el propietario para que la empresa pública adquiera la parcela, un paso necesario para poder ponerlo en servicio. Acuaes, por su parte, afirmó que el depósito podría entrar en servicio en dos meses.
La concesionaria del agua ofrece una indemnización muy inferior a la que reclama el afectado
En cuanto a Alfarràs, la red de distribución de agua pierde el 48% del suministro, según el ayuntamiento, que ha elaborado un plan director para renovarla. A ello se suma el hecho de que el ayuntamiento que salga de las elecciones locales deberá decidir si mantiene la gestión en manos de una concesionaria o la municipaliza. El alcalde, Kleber Esteve, señaló que el precio del agua de la Mancomunitat, de 20 céntimos por metro cúbico, es muy superior al que pagan por la del canal de Pinyana, por lo que apuntó que es necesario evitar pérdidas en la red para no desperdiciar el caudal.
Reclama por daños tras achicar de su casa 22 millones de litros Un vecino de Raimat (Lleida), Ramon Vicens, reclama a la concesionaria Aqualia más de 24.000 euros en concepto de daños por filtraciones de agua durante más de un año en su casa de la calle Canal. La entrada de agua se inició en octubre de 2017 y le llevó a instalar una bomba para achicarla cada diez minutos. Esto le permitió calcular el caudal evacuado hasta que cesaron las filtraciones, en noviembre de 2018. Según sus cuentas, 22 millones de litros.