Las comarcas del sur de Lleida, con un futuro demográfico "problemático"
Un estudio señala que el envejecimiento y la despoblación afectarán al mundo rural de manera desigual en los próximos años
Un estudio encargado por la Fundació del Món Rural elaborado por el profesor Joaquim Recaño, del Centro de Estudios Demográficos de la UAB, revela que el envejecimiento y la despoblación afectarán al mundo rural de manera desigual en los próximos años. El documento analiza la evolución demográfica de los municipios catalanes en el periodo 2002-2017 y desarrolla una proyección de población hasta 2027. Uno de los aspectos más destacados que se desprende del trabajo es la diversidad del mundo rural, a menudo tratado como una unidad pero que en realidad es heterogéneo y consta de numerosas especificidades locales. En concreto, el estudio identifica varios espacios rurales con características muy heterogéneas. Por una parte, se define un territorio dinámico, menos envejecido y con una estructura demográfica optimizada para el mercado laboral, ubicado en Girona y en algunos sectores del Pirineo localizados en Aran y Cerdanya. Por otra parte, se detectan áreas en el sur de la provincia de Lleida y en el interior de la provincia de Tarragona con pirámides envejecidas, baja movilidad y escaso poder de atracción, el futuro demográfico de las cuales se presenta problemático.
En general, el estudio remarca la amortiguación del ritmo de crecimiento del número de habitantes en Cataluña, hecho que afectará en especial a las zonas rurales. Estas verán una contracción del número de personas jóvenes a causa de la caída de la inmigración -hecho que otorgará un peso relativo muy importante a la franja de edad entre los 45 y los 59 años-, así como una tendencia al alza de la población de edad adelantada.
Menos mortalidad y menos fecundidad
La proyección que hace el estudio es que en los próximos años los territorios del interior de Cataluña presentarán una mortalidad más baja pero su contribución al número de defunciones crecerá constantemente por el efecto del envejecimiento. A eso se le sumará una de las características propias de muchas áreas rurales de Cataluña: una fecundidad un poco más baja que en las zonas del litoral y región metropolitana de Barcelona. Eso quiere decir que las áreas rurales catalanas verán reducidas sus capacidades de renovación demográfica por la vía de la natalidad en la próxima década, a la vez que verán incrementar sus pérdidas por el más que previsible aumento de la mortalidad vinculado con el proceso de envejecimiento.
En este trabajo se destaca que el interior de las provincias de Tarragona y Lleida hay zonas que muestran unos niveles de envejecimiento muy elevados, vinculados a los mayores riesgos de declive demográfico.
La despoblación de los movimientos migratorios
Por otra parte, el estudio señala problemas de despoblación en una gran extensión del país. Dado que la evolución reciente de los flujos migratorios en Cataluña está vinculada a la evolución de la coyuntura económica, y que la forma dominante en las entradas y salidas de los municipios catalanes es la migración que se dirige a otros municipios de la comarca, las comarcas con poca capacidad de atracción sufrirán más estas consecuencias. El documento sitúa una región con un escaso nivel relativo de intercambios migratorios, en un continuo que se extiende hacia el sur, desde el Ripollès, continúa en los sectores rurales del Berguedà hacia el Solsonès, la Noguera, la Segarra, el Urgell, las Garrigues, la Conca de Barberà, el Priorat, la Ribera de Ebro y la Terra Alta. En este eje que discurre de forma casi diagonal desde el Pirineo de Girona hasta los límites con Aragón está donde se localizan los espacios con mayores problemas de envejecimiento y despoblación de Cataluña.
¿Qué escenario demográfico nos espera en el futuro?
El estudio también se adentra en el terreno de la prognosis demográfica de cara al periodo 2017-27 de Cataluña. Concretamente, presenta cuatro escenarios de proyección de población —alto, medio, bajo y sin migraciones—, que se mueven en una horquilla de saldos demográficos que va desde un decrecimiento de 69.235 (escenario sin migraciones) y un crecimiento máximo de 648.245 personas (escenario de crecimiento alto). Entre las consecuencias derivadas de los escenarios que presentan decrecimiento está el aumento de la ratio entre personas dependientes (menores de 14 años y mayores de 65 años) y la población activa.