CRÓNICA DESDE
Montferrer reclama más seguridad vial
Los vecinos exigen que se haga la rotonda en la N-260 para evitar un cruce peligroso
La construcción de una rotonda en la carretera N-260 a su paso por el municipio de Montferrer i Castellbò que mejore la seguridad en el cruce que divide el pueblo en dos es una prioridad sobre la que coincide toda la comarca del Alt Urgell. La necesidad de eliminar uno de los puntos negros de esta vía ha sido largamente reivindicada por instituciones y vecinos, estos últimos organizados en plataforma que han protagonizado numerosos cortes de carretera para denunciar retrasos que consideran injustificados. El ministerio de Fomento comunicó en febrero que había rehecho el proyecto y anunció la ejecución de las obras para los próximos meses, a la espera de la aprobación de los presupuestos del Estado. Unos trabajos sobre los que el ayuntamiento que salga de los próximos comicios deberá marcarse como prioridad para conseguir una infraestructura que el territorio espera desde hace más de 25 años.
La ampliación del suelo industrial es otra de las prioridades sobre las que trabaja desde hace algunos meses el municipio. Después de agotar las parcelas del actual polígono, de casi 14 hectáreas y en las que hay instaladas hasta 29 empresas, el consistorio ha efectuado la aprobación inicial de un plan parcial que modifica el Plan de Ordenación Urbanística Municipal vigente, del año 2010, y que dotará el polígono de una superficie total de 55.272 metros cuadrados, subdivididos en tres sectores independientes, para atraer nuevas empresas al municipio que favorezcan la dinamización económica del territorio.
El municipio es el más extenso de la comarca del Alt Urgell (176,7 km2) e incluye casi una treintena de entidades, y además de la actividad industrial que se desarrolla en el polígono, la agricultura y la ganadería están también entre las actividades económicas principales, con más de una quincena de explotaciones entre las que predominan las de vacas de leche y de carne, pero también las ovinas.
El turismo es también parte destacada de la economía, con equipamientos deportivos tan dispares como las pistas de esquí nórdico de Sant Joan de l’Erm, que pertenecen a la Entidad Municipal Descentralizada (EMD) de la Vila i Vall de Castellbò, y que atraen cada invierno a unos 20.000 visitantes amantes de la nieve; y el campo de golf ‘Aravell Golf&Country Club’, con 200 socios, gran parte de ellos vecinos del Principat de Andorra, que cuenta cada año con un volumen de visitantes que gira entorno a las 21.000 personas. Precisamente, con la voluntad de incentivar la práctica del esquí nórdico entre la población más joven, la EMD regala desde hace tres inviernos un forfait de día a todos los niños de entre 5 y 12 años empadronados en el municipio.
Sant Joan de l’Erm es también puerta de entrada del Parque Natural del Alt Pirineu, por el que pasan cada año alrededor de 60.000 visitantes atraídos por la naturaleza y que encuentran en este municipio kilómetros y kilómetros de rutas señalizadas para practicar senderismo o BTT.
Miles de turistas son los que el municipio también espera que lleguen a través del aeropuerto Andorra-La Seu, en terrenos compartidos con Ribera d’Urgellet, una vez pueda operar con el sistema de aproximación GPS y que atraiga compañías de vuelos regulares.
Destacan en el municipio inversiones en la mejora del alumbrado público de varios pueblos del municipio y en la urbanización de El Balcó del Pirineu y la renovación de la cuneta y las barandillas de protección de la carretera de acceso a Castellbò.