Festival fallido, expectativas truncadas y el inicio de la revuelta de les Valls d'Àneu

El rechazo de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) a la celebración del festival Doctor Music en Escalarre por problemas de inundabilidad cayó el mes pasado como un jarro de agua fría sobre el Pallars Sobirà, y muy especialmente sobre les Valls d’Àneu. El evento previsto en julio en el municipio de La Guingueta iba a requerir la cooperación de los municipios vecinos de Alt Àneu, Espot y Esterri d’Àneu, que esperaban beneficiarse de la afluencia de público durante 3 días de conciertos.

El traslado del festival a Montmeló provocó la mayor ola de protestas en la comarca en los últimos años. Fue el detonante que reavivó quejas acumuladas durante los últimos años: por las fuertes limitaciones al uso del suelo rústico, por la ausencia de contrapartidas en los territorios que acogen espacios protegidos, y por los daños de la fauna salvaje a la agricultura y la ganadería, entre otras cuestiones objeto de polémica.

“No queremos ser la reserva espiritual de Catalunya ni tampoco un parque de atracciones”, resumió de forma elocuente el alcalde de Esterri d’Àneu, Joan Blanco (ERC), quien sustituyó a Ramon Villuendas al frente del consistorio al final del mandato. Se da la circunstancia de que todo el núcleo urbano de Esterri d’Àneu tiene la categoría de inundable en zona de flujo preferente en caso de riada.

La protesta de les Val ls d’Àneu y del Pallars Sobirà contra todo lo que considera un lastre para el desarrollo de la comarca ha empezado a dar frutos. La Generalitat ha admitido ahora la posibilidad de gestionar el riesgo de inundaciones con tecnología para prever las riadas y planes de evacuación, una línea de actuación con la cual la comarca espera celebrar un nuevo Doctor Music en Escalarre a partir de 2020. Poco después llegó un nuevo centro de hostelería y la comarca será la primera donde la Generalitat aplicará su nueva estrategia de dinamización local.