Alumnos de Camarasa ayudan a internos de un centro juvenil para su reinserción

Diseñar un nuevo patio escolar, decidir qué plantas son las adecuadas o instalar un sistema de riego forma parte del proyecto Patis Biodívers que han impulsado como prueba piloto los departamentos de Justicia y de Educación en la escuela de Camarasa para favorecer la reinserción de los jóvenes del centro de justicia juvenil El Segre de Lleida.

El colegio Dos Rius de Camarasa participa en un proyecto pionero en Catalunya que favorece la reinserción de los jóvenes del centro de justicia juvenil (centro de menores) El Segre, en Rufea, en el que se encuentran adolescentes que han tenido problemas con la justicia, a través de la formación especializada en jardinería y viveros. La iniciativa, llamada Patis Biodívers, combina el aprendizaje al servicio de la comunidad, en el que los alumnos se forman trabajando, en este caso, en la mejora del patio de escuela de Camarasa junto con los alumnos de Primaria, para convertir la zona de recreo en un espacio divertido y didáctico. Once jóvenes del centro de menores de 16 a 18 años participan en el proyecto, aunque solo 5 se han desplazado a Camarasa y el resto lo hará en función de los permisos judiciales, según la profesora y directora del proyecto, Eva Muelas. De momento, se han tomado medidas del espacio que se va a “naturalizar”, en el que se instalará un sistema de riego para nuevas plantas y arbustos. Alumnos de ambos centros valoran la experiencia como muy productiva y añaden que les permite conocer realidades distintas a las suyas. El tutor del colegio de la Noguera Ismael Biosca apunta que el objetivo es utilizar esta iniciativa para trabajar las competencias del currículum de Primaria: “Especialmente trabajan la competencia social y ciudadana y se abre el colegio al entorno”. Alumnos de Dos Rius señalan que la iniciativa les ha permitido “aprender a no juzgar a las personas sin conocerlas”, dijeron. “Nos ha gustado saber cómo viven en el centro y qué oficios pueden estudiar”. “Trabajar con ellos en grupo también nos ha ayudado a observar la diversidad que tenemos en nuestro entorno”. Y “nos ha enseñado que hay amigos que solo te quieren cuando les interesa”, añaden.

Esta prueba piloto seguirá al menos dos años más en Camarasa y el próximo curso se implantará en los colegios de Barbens y Raimat. La directora de la escuela, Marisa Tribó, explica que la iniciativa se consultó primero con el consejo escolar y los padres de alumnos. “Estamos sorprendidos de los primeros resultados, que han sido excelentes porque se trabajan diferentes disciplinas, en las que acabarán trabajando todos los alumnos del colegio. Desde el centro de menores, Eva Muelas destaca los beneficios que aporta a los jóvenes, ya que pueden desarrollar habilidades sociales, el control de las emociones, la autoestima y la resolución de conflictos, además de sentirse comprometidos e implicados. El consistorio de Camarasa también colabora en el proyecto con tareas más logísticas.