El acusado de agredir a un hombre con una copa rota en Alfarràs dice que lo hizo "sin querer"
La víctima ha asegurado en el juicio que "está aquí de milagro"
"Estoy aquí de milagro". Así lo ha asegurado el hombre que resultó herido en el cuello con una copa de cristal rota, a raíz de una discusión, en Alfarràs (Segrià). Pasó la noche del 10 de febrero de 2018 en la puerta de un bar. Según los implicados y los testigos, la discusión fue porque el grupo de la víctima que cenaba en el bar quería que el acusado cerrara la puerta porque hacía frío mientras que el acusado no dejaba de abrirla y cerrarla. El acusado de la agresión ha negado haber atacado intencionadamente a la víctima ni haberla amenazado. "Quizás lo toqué sin querer, pero no quería que pasara", ha añadido durante su declaración en el juicio, este miércoles en la Audiencia de Lleida. La víctima, en cambio, ha declarado que el acusado rompió intencionadamente la copa y que se la clavó mientras le gritaba "que quieres que te mate"?.
El acusado ha declarado que estaba a fuera del bar fumando, con un cigarro en una mano y una copa en la otra, cuando alguien, que no ha sabido identificar, lo cogió por detrás y lo empujó. En aquel momento, ha dicho, "me choqué contra la pared y vi que me había hecho daño a la mano y que tenía sangre". Ha asegurado que en ningún momento pensó que le hubiera hecho daño a la víctima.
La víctima, en cambio, ha explicado que cuando le reprochó al acusado que no cerrara la puerta, este le tiró el contenido de la copa que llevaba a la cara. Reconoce que entonces lo empujó hacia fuera del bar y añade que en aquel momento, el acusado rompió la copa que llevaba contra la pared del bar y se la clavó en el cuello. Justo después, ha declarado, unos chicos que lo acompañaban, lo sujetaron mientras el acusado le daba puñetazos. "Sólo pararon cuando vieron la sangre", ha explicado uno de los amigos que acompañaba a la víctima.
Con respecto a la gravedad de la herida en el cuello, los doctores que lo atendieron, en Urgencias y posteriormente, han declarado que cuando la víctima llegó al hospital, la herida era "muy grave", que había un coágulo y que no se atrevieron a tocarlo por si causaba una fatalidad. Después de varias pruebas, sin embargo, se vio que la herida no había tocado órganos vitales y que no había riesgo directo para su vida. "El riesgo era que se pudiera haber generado un hematoma que hubiera bloqueado la vía aérea", ha puntualizado uno de los doctores. Es por eso que se quedó dos días ingresado y se le dio el alta cuando se confirmó que no había ninguna vía taponamiento.
La fiscalía pide nueve años de prisión para el acusado, A. Z., de 37 años, nacionalidad marroquí y vecino de Alfarràs (Segrià), acusado de haber agredido a otro vecino del mismo municipio, de 53 años. El ministerio público también solicita que se imponga al acusado una orden de alejamiento de la víctima de diez años desde que salga de la prisión y que la indemnice con 10.030 euros por las lesiones y secuelas sufridas. El herido tuvo que recibir trece puntos de sutura y tardó 101 días en curarse.