MEDIO AMBIENTE GESTIÓN FORESTAL
Proyectan usar residuos vegetales para hacer desde plásticos hasta carburantes
La Diputación, la Generalitat y la UdL impulsan una biorefinería en Lleida
La Diputación, la Generalitat y la Universitat de Lleida (UdL) colaboran en un proyecto que plantea aprovechar residuos vegetales como materia prima para un amplio abanico de productos, que van desde plásticos y materiales para la construcción hasta carburante líquido para vehículos. Para ello, impulsan la construcción de una primera biorefinería.
Un proyecto pionero en Lleida plantea aprovechar residuos de origen vegetal para elaborar desde combustible líquido para automóviles (bioetanol) hasta materiales para la construcción y bioplásticos. Hacerlo requiere una biorefinería para extraer lignocelulosa, un componente de la pared celular de las plantas que se emplea como materia prima en estos y otros productos. La Diputación, la Generalitat y Universitat de Lleida (UdL) colaboran para construir una planta piloto cuya ubicación está aún por decidir.
La UdL ha convocado este mes un concurso para adquirir los equipos de la futura biorefinería, con un presupuesto de licitación de 229.295 euros. De forma paralela, ha abierto otro concurso para redactar estudios sobre cuál es la ubicación más adecuada para esta planta piloto, así como los mejores procesos de recogida y transporte de los desechos vegetales. El presupuesto para elaborar estas propuestas es de 42.229 euros.
El edificio de madera de 6 pisos de la calle Cavallers de Lleida se citó como ejemplo en las ponencias
El objetivo es obtener productos con un alto valor añadido a partir de una fracción de la biomasa vegetal que ahora a menudo se considera residuo. Ejemplo de ello son los residuos resultantes de limpiezas forestales y algunos subproductos de la industria agroalimentaria y de otros sectores.
Este proyecto, denominado Imbiofust, se enmarca en una estrategia para mejorar el aprovechamiento de la biomasa en Lleida, en especial la de origen forestal (ver claves). Se plantea en un momento en que se reaviva el interés por la madera y los materiales orgánicos en la construcción y aumenta el uso de biomasa forestal en forma de astillas o de pellet como combustible para calefacción en lugar del gasóleo. Por otra parte, es un medio para crear actividad económica y empleos en áreas rurales, y de favorecer una correcta gestión de los bosques que reduzca el riesgo de incendios. Asimismo, supone sustituir combustibles fósiles y materiales derivados del petróleo por otros de origen orgánico, abundantes y renovables.
Esta iniciativa se beneficia de subvenciones para proyectos de especialización y competitividad territorial (PECT) financiados por el fondo europeo Feder.
Lleida
El edificio de seis pisos construido con madera laminada en la calle Cavallers de Lleida fue protagonista esta semana de una conferencia sobre las propiedades de este material y cómo contribuye a crear espacios saludables. La ponencia, a cargo del arquitecto Ramon Llobera, formó parte de una jornada organizada en Barcelona por el Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC) para impulsar la construcción con madera. Su finalidad era “valorizar la madera y los productos forestales”, según el CTFC, que considera que este es un factor decisivo para “lograr equilibrio territorial y desarrollar la bioeconomía”.
Ante más de un centenar de personas, los participantes expusieron las ventajas de la madera a la hora de conseguir edificios eficientes desde el punto de vista energético. Para el CTFC, la normativa europea sobre eficiencia energética que entrará en vigor en 2020 “será una oportunidad” para impulsar el uso de madera en la construcción, ya que “su eficacia ya está probada”. En este sentido, indicó que este sector “es una buena salida” para la producción de madera.
Asimismo, la arquitecta Maria Àngels Espar presentó diferentes ejemplos del uso de este material en mobiliario exterior. Para ello, citó como ejemplo las mesas y taburetes de la terraza de la sede del departamento de Agricultura, construida con madera del bosque de Pallerols, en el Alt Urgell y propiedad de la Generalitat. El CTFC destacó el interés de “sustituir la demanda de madera procedente del exterior” y sustituirla por producción local para “crear empleos a partir de la gestión sostenible de los bosques.