Camarasa: turismo sí, pero con respeto

El ayuntamiento y vecinos de Camarasa veían ayer con satisfacción que la Platgeta recibía menos visitantes que en las semanas anteriores. Era el segundo fin de semana en que el acceso estaba cerrado a los vehículos, y los visitantes debían caminar desde el pueblo hasta este espacio junto al Segre. Al llegar les recibían voluntarios que les entregaban bolsas para que recogieran su propia basura y se la llevasen consigo. También les informaban sobre las normas municipales que prohíben dejar a los perros sueltos o desplegar mesas y sillas fuera del área de picnic. A quienes iban en coche, les indicaban que aparcaran en el núcleo urbano.

Las bolsas de basura sirvieron también para escribir un mensaje que podía leerse a vista de pájaro en la Platgeta. Eran las palabras “amor” y “respeto”. Esto último es lo que el municipio exige a los cientos de visitantes que acuden a este espacio natural cada fin de semana, en coches y en autocares. “Hemos llegado a tener aquí a un millar de turistas” explicó la alcaldesa, Elisabet Lizaso, quien señaló que esta afluencia de personas “es dífícil de gestionar para esta municipio, cuya población censada es de apenas seiscientos habitantes. Lizaso reclamó la colaboración del resto de administraciones. “Estamos desbordados y esto es un problema”, subrayó.

Los participantes en esta iniciativa tienen intención de darle continuidad a lo largo de este verano

Entretanto, los participantes en la movilización de ayer tienen intención de darle continuidad a lo largo del verano. El consistorio, por su parte, baraja extender el cierre del acceso a vehículos a todos los días de la semana durante el mes de agosto. La mayoría de los visitantes se mostraba comprensiva y acataba las normas. Sin embargo, había quien, pese a la información recibida, seguía infringiéndolas cuando nadie vigilaba.