MEDIO AMBIENTE REGULACIÓN
El vertedero de Riba-roja recibirá residuos este año
La empresa trabaja en los trámites para poner en marcha las instalaciones || Tras superar la inspección de la Generalitat
El vertedero de Riba-roja recibirá basuras de procedencia industrial este mismo año. Fuentes de la unión temporal de empresas Lestaca (formada por Urbaser y Griñó) explicaron ayer que esta es la previsón que barajan y que por el momento están trabajando en los trámites administrativos para poder poner en marcha las instalaciones. Una de las gestiones que están sobre la mesa es la obtención del código de gestor de residuos que otorga la Agència de Residus de Catalunya (ARC). Las mismas fuentes aseguraron que las basuras que llegarán a las instalaciones de este municpio de la Ribera d’Ebre “no serán peligrosas” y se tratará, por ejemplo, de restos de embalajes.
La Generalitat llevó a cabo hace dos semanas una inspección para verificar si el complejo reunía los requisitos mínimos para empezar a funcionar, porque la autorización ambiental para las obras expiraba el 17 de julio. En este sentido, las fuentes consultadas afirmaron que los técnicos de la dirección general de Calidad Ambiental comprobaron que “los equipamientos esenciales para poner en marcha las instalaciones estaban todos hechos”, aunque aseguraron que un proyecto de estas características “está continuamente en obras”. Asimismo, informes preliminares de la conselleria de Territorio apuntan a que el vertedero de Riba-roja ha terminado las obras mínimas para empezar a recibir basura (ver SEGRE de ayer).
La promotora asegura que la planta tratará basura de procedencia industrial, que “no será peligrosa”
Cabe recordar que este vertedero se encuentra a poco más de tres kilómetros del pueblo de Almatret y a algo más de siete de Maials, mientras que está a más de ocho kilómetros del centro urbano de Riba-roja. Alcaldes del Segrià y de la Ribera d’Ebre se oponen a este proyecto y consideran que los trabajos aún no están terminados, por lo que piden que la licencia ambiental se declare extinguida.
De hecho, en los últimos meses se han organizado manifestaciones y cortes de carretera para protestar contra este proyecto, que tendrá una vida útil que se estima en unos veinte años.