Quejas de empresarios tras un nuevo cierre de fronteras

La Confederación Empresarial de Andorra (CEA) planteó ayer, tras el alud en la CG-1, la necesidad de que se impulse desde el Govern un plan global de comunicaciones para prevenir las consecuencias económicas de los cortes en los accesos al Principat. Esta petición llegó después del desprendimiento de ayer y del que se registró a finales de abril, que cortó el paso de Andorra a Francia por el Pas de la Casa. Este acceso estuvo cerrado durante 19 días por un alud de rocas en la RN-22 y durante y durante las más de dos semanas que duró el corte del acceso, turismos y comerciantes accedieron al Principat por la frontera de la Farga de Moles (por La Seu d’Urgell). Este cierre del acceso provocó quejas de empresarios y comerciantes del Pas de la Casa, que notaron una importante disminución de las ventas. No obstante, el Cap de Govern d’Andorra, Xavier Espot, explicó que comerciantes y hoteleros les informaron de que las cancelaciones de reservas derivadas del desprendimiento de ayer “fueron testimoniales”.

Asimismo, las comarcas de Lleida también se han visto afectadas este año por nuevos episodios de aludes. El más remarcable fue el del pasado 15 de mayo en la carretera de acceso desde Sant Esteve de la Sarga al parking de La Masieta en Mont-rebei. Esta vía abrió de nuevo la noche del viernes (más información en la página 13). No obstante, en 2018 hubo hasta 118 aludes en Lleida, la mayoría de ellos en la Noguera (30) y el Solsonès (27), mientras que en el conjunto de Catalunya se registraron 428, según los datos de Protección Civil. Las lluvias del año pasado fueron de récord (1.050 litros en Oliana y 2.000 en Espot) y esto fue la causa principal de estos sucesos. El más grave de estos movimientos de tierra también se registró en Sant Esteve y se cobró la vida de dos personas. La acumulación de agua en las montañas provocó movimientos de tierra en Mencui (Soriguera), donde aparecieron grietas en una calle y en una de las casas de la población.