Camarasa, una feria nocturna que se consolida y difunde el patrimonio

Las calles de Camarasa se llenaron ayer durante la celebración de la tercera edición de su feria nocturna, uno de los pocos certámenes de las comarcas de Lleida que se celebran de noche. Una treintena de expositores de productos de proximidad participaron en la feria, la mayoría de ellos de la Noguera, aunque algunos también llegaron desde Lleida ciudad o de las comarcas de Barcelona. En sus estands, pusieron a la venta jabones, mermeladas y otros productos artesanales, según explicó la alcaldesa, Elisabet Lizaso. El objetivo de esta iniciativa es dar a conocer los productos del territorio. Por este motivo, tres establecimientos de la localidad (los dos bares y una tienda) ofrecieron tapas, montaditos y bebidas a los asistentes. Otro de los propósitos de este certamen nocturno es también promocionar el patrimonio de esta localidad entre los visitantes que atrae el certamen. Por este motivo, la historiadora local Dolors Domingo ofreció durante la noche de ayer visitas guiadas en la iglesia, donde explicó el valor de las pinturas del templo, que son obra del artista Josep Serrasanta, cuya obra está repartida en varias iglesias de las comarcas de Lleida. Asimismo, los Diables i Bèsties Feréstegues de Balaguer ofrecieron un espectáculo de fuego y un pequeño ‘correfoc’ por las calles del centro histórico del municipio.

Como novedades para esta tercera edición, este año se incorporó una actuación musical en el programa de la feria para alargar su duración hasta bien entrada la noche. La primera edil explicó que la intención con esta nueva actividad era “que los visitantes se queden más tiempo en el municipio y también alargar la feria”. El concierto fue a cargo de la banda Grace (entre sus componentes hay un vecino de Camarasa) y también estaba previsto que se ofreciera una sesión gratuita de baile country, a cargo de Montse Moscardó.

Cabe recordar que el año pasado, aprovechando que se celebraba el centenario de la central hidroeléctrica, se llevaron a cabo visitas guiadas por los establecimientos comercial que abrieron en Camarasa hace un siglo, cuando en la localidad vivían todos los obreros que trabajaron en la construcción de la presa.