FAUNA GRANDES DEPREDADORES
El frente contra el oso cruza la frontera y reúne a casi un millar de ganaderos
Leridanos, aragoneses, vascos, navarros y franceses se manifiestan en Aínsa
Los diferentes colectivos de ganaderos del Pirineo que se oponen a la reintroducción del oso a ambos lados de la frontera se unieron ayer en una gran manifestación en la localidad oscense de Aínsa. La movilización exigió retirar todos los ejemplares de esta especie y reunió a cerca de un millar catalanes, aragoneses, vascos, navarros y franceses.
Cerca de un millar de ganaderos del Pirineo se manifestaron ayer en Aínsa (Huesca) para protestar por los ataques a rebaños del lobo y el oso. Convocados por medio centenar de sindicatos y organizaciones agrarias, manifestantes llegados de Lleida, Aragón, Euskadi, Navarra y Francia reclamaron la retirada de estos depredadores en toda la cordillera, al considerarlos incompatibles con la ganadería extensiva. Esta movilización conjunta, que reunió a participantes de ambos lados de la frontera, llegó después de meses en los que ha ido en aumento la tensión por predaciones a ganado, en especial las protagonizadas por los últimos osos liberados en la cordillera: el macho Goiat, por parte de la Generalitat en 2016; y las hembras Sorita y Claverina, por parte de Francia el pasado otoño.
Los manifestantes marcharon por la localidad oscense haciendo sonar cencerros, con una pancarta en la que podía leerse en castellano y francés: “Por la defensa de nuestros pueblos y de la ganadería extensiva”. Tras ella, carteles y camisetas exhibían leyendas como “por qué osos eslovenos en el Pirineo” y “lobos no y osos tampoco”.
Los organizadores reivindicaron el valor de la ganadería extensiva, sin la cual “los montes serían selvas y los pueblos morirían”. Asimismo, calificaron de “fracaso” la reintroducción del oso, porque “pretendía mostrar que la convivencia con el oso es posible y no lo es”. También asistió el presidente de la diputación de Huesca, Miguel Gracia, quien expresó su apoyo a la movilización y señaló que “el oso es una especie protegida, pero no está en peligro de extinción en Europa”.
Por su parte, el Síndic de Aran, Francés Boya, considera “comprensible” la reivindicación de los ganaderos aunque señaló la dificultad de retirar los osos. “Esta movilización debe concienciar a la administración sobre la necesidad de cuidar el mundo rural, apoyar a la ganadería extensiva y revisar la gestión de la fauna salvaje”.
Las tensiones por los ataques del oso se han traducido también en conflictos entre administraciones y territorios. Así, ha habido quejas en Asturias por predaciones de las hembras liberadas por el Gobierno francés; mientras que el Gobierno de Aragón reclama a la Generalitat que retire a Goiat. Por su parte, entidades ecologistas españolas y francesas respondieron a la manifestación en Aínsa con un comunicado conjunto en el que defienden que “la convivencia con el oso es posible” y afirman “no se puede acusar de todos los males” a esta especie mientras el éxodo rural y otros problemas perjudican a la ganadería extensiva.
Medio centenar de ejemplares y población en ascenso El número de osos avistados a lo largo de 2018 en el Pirineo asciende a 43, aunque la población de esta especie en la cordillera supera probablemente los cincuenta ejemplares. Esta estimación no incluye a los oseznos nacidos este año, todavía por determinar. La población de esta especie está en ascenso y se espera que aumente con la reintroducción de las hembras Claverina y Sorita, que deberán facilitar la repoblación del sector occidental de la cordillera, donde hasta el año pasado solo había machos.