FAUNA GRANDES DEPREDADORES
La población de osos del Pirineo crece con al menos seis nuevos oseznos hallados este año
Un mínimo de cinco con sus madres en Aran y uno huérfano en Francia que se suman a los 43 ejemplares avistados en 2018 || A la espera de verificar con análisis de ADN la existencia de 2 crías más en la Val
Una osa con sus crías, fotografiadas el pasado mes de junio en Naut Aran.
La población de osos en el Pirineo ha crecido con al menos seis nuevos oseznos nacidos el pasado invierno. Este es el número mínimo confirmado hasta la fecha, aunque podría aumentar hasta ocho. Análisis genéticos de pelos y heces deberán cotejarse con los datos obtenidos a través de avistamientos este verano. Estos nuevos ejemplares se suman a los 43 osos avistados a lo largo de 2018. En el último año, las protestas de los ganaderos de montaña han arreciado a raíz de los ataques del macho Goiat a rebaños y de la reintroducción por parte de Francia de dos nuevas hembras eslovenas en el Pirineo occidental (ver claves).
La mayor parte de los nuevos oseznos del Pirineo se han detectado este verano en la Val d’Aran. Se trata de una hembra con tres crías y otra con dos. El Conselh Generau está a la espera de análisis de ADN a partir de muestras de pelos y heces para determinar si existe una tercera osa con dos crías; o bien se trata de una de las dos anteriores, avistada en otro punto de la Val. Salvo algunas excepciones, resulta muy difícil diferenciarlas solo por su apariencia.
A estos animales en el Pirineo leridano, se suma un osezno huérfano encontrado en Francia, separado de su madre cuando todavía era demasiado pequeño para valerse por sí mismo. Fue trasladado a un centro zoológico para alimentarlo y por ahora es una incógnita si será posible liberarlo en la montaña cuando crezca; o bien se habrá habituado a la presencia humana. Esto último haría imposible liberarlo ante el riesgo de que se acerque a núcleos habitados y obligaría a mantenerlo en un centro zoológico. Precisamente, el Conselh de Aran proyecta un recinto para acoger a crías de oso huérfanas y alimentarlas sin que vean a sus cuidadores para poder soltarlas en la montaña cuando crezcan.
