MEDIO AMBIENTE DEYECCIONES GANADERAS
En marcha la planta de purines de Alcarràs y ya funcionan las 4 que cerraron por recortes
El complejo del Segrià ha empezado a recibir cubas y estará a pleno rendimiento en un mes || El último pendiente tras la reapertura de las instalaciones de tratamiento de Miralcamp y las dos de Juneda
La planta de secado de purines de Alcarràs ha empezado a recibir deyecciones, cinco años después de cerrar por recortes del Estado a las primas que esta instalación recibía por generar electricidad a través de cogeneración. El nuevo propietario del complejo, el grupo Ignis, ha iniciado la reapertura de forma gradual con una o dos cisternas diarias y espera tenerlo a pleno rendimiento en un mes. Esta era la última instalación pendiente en Lleida tras la puesta en marcha en los últimos tres años de la planta de Miralcamp y las dos de Juneda.
A finales del pasado mes de agosto, ganaderos de Alcarràs empezaron a llevar a la planta los excedentes de purines que generan sus granjas: deyecciones que no pueden aplicar en cultivos al no disponer de una superficie suficiente para hacerlo sin rebasar la dosis máxima que fija la normativa. Por encima de ella, existe riesgo de contaminar las aguas subterráneas. Los titulares de la planta, por su parte, reciben los purines tras un año dedicado a actualizar las instalaciones, deterioradas después de cinco años en desuso y con una tecnología obsoleta.
La empresa propietaria ha sustituido los motores de cogeneración por otros más eficientes en el último año
La planta de Alcarràs es la primera y la más antigua de las comarcas de Lleida. Se inauguró en 1999 y sus motores de cogeneración originales, que generan electricidad aprovechando el calor obtenido de la quema de gas para secar purines, se consideran muy poco eficientes en comparación con la tecnología actual. Los propietarios del complejo han sustituido la antigua maquinaria por otra nueva, algo necesario para ganar eficiencia y dar viabilidad económica al complejo.
La planta de Alcarràs tiene capacidad para tratar unas 100.000 toneladas de purines al año, una cantidad similar a la que pueden recibir las otras tres instalaciones de este tipo en Lleida. En total, tratarán un máximo de 400.000 toneladas de purines al año en zonas donde la alta concentración de granjas hace prácticamente imposible aplicar las deyecciones como fertilizante en cultivos. El secado de purines reduce las deyecciones a menos de un 10% de su volumen, lo que hace posible trasladarlas a largas distancias a un bajo coste. Esto tiene una especial relevancia con el nuevo decreto de deyecciones de la Generalitat, que veta granjas en los municipios declarados zona vulnerable a la contaminación por nitratos (como Alcarràs, Juneda y Miralcamp, entre otros) salvo que traten las deyecciones o las trasladen fuera de las áreas de riesgo.