INFRAESTRUCTURAS CARRETERAS
La perforación del túnel del Coll de Lilla comenzará el mes que viene
Las obras para asegurar la estabilidad en ambas bocas están a punto de terminar
Las obras de perforación del túnel del Coll de Lilla (en la N-240 y en el proyecto de la A-27 en Tarragona) empezarán el próximo mes de octubre. Así lo confirmaron ayer fuentes de la delegación de la Generalitat de Catalunya alegando que las “actuaciones preparatorias previas” a la perforación para asegurar la estabilidad en ambas bocas debido a la complejidad técnica de las obras y también de los terrenos (ver desglose) están transcurriendo con normalidad. En la entrada de la boca sur del túnel (Valls) se está levantando un muro frontal de contención para asegurar la estabilidad del terreno, que va anclado hasta 24 metros. En cuanto a la boca norte del túnel de la A-27 (Montblanc), era necesario construir un cajón de drenaje de hormigón, cubierto con un terraplén, para consolidar la estructura de la nueva carretera y aguantar las presiones de las arcillas expansivas, como se hizo con el túnel del AVE.
Una vez finalice la perforación del túnel (con una longitud de 1,5 kilómetros y hasta 120 metros de profundidad) se llevarán a cabo los trabajos para instalar los servicios y los revestimientos de las dos galerías, una para cada sentido de la circulación. Asimismo, continuarán las obras en el resto del trazado y en los viaductos de la autovía de Valls a Montblanc. Mientras, la mejora de la N-240 en Lleida, que da continuidad a la A-27 y el túnel, sigue pendiente de estudios informativos (que se adjudicaron el año pasado y tardarán dos años en redactarse).
Estas son unas obras largamente reivindicadas por el territorio y la puesta en servicio del túnel del Coll de Lilla reducirá el trayecto entre las comarcas de Lleida y Tarragona.
Dificultades geológicas obligaron a replantear el proyecto en 2017 Las obras de este tramo de la autovía se paralizaron durante más de un año a mediados de 2017 por la presencia de arcillas expansivas en la boca de Montblanc y de pizarras en la zona de Valls. Esto obligó a replantear el proyecto encareciéndolo unos 30 millones, que se sumaron a los 80 previstos para los trabajos del túnel y el resto del trazado de la A-27 (paralela a la N-240) entre Valls y Montblanc. El Consejo de Estado tuvo que autorizar este aumento del gasto en diciembre del pasado año.