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Pasos de cebra a ninguna parte
Un paso de peatones que no permite cruzar la calle es algo inusual; pero encontrarse dos en una misma calle es una auténtica rareza. Estaba hasta ayer en la avenida Lluís Companys de Rosselló, pintados sobre la calzada que transcurre paralela a la travesía de la carretera N-230. Ninguno de los dos conducía al paseo arbolado que separa estas dos vías: arbustos decorativos impedían pasar. El ayuntamiento cambió ayer por la tarde el emplazamiento de uno de ellos, mientras que no ha decidido por ahora qué hacer con el otro.
El alcalde, Josep Abad (JxCat), explicó que el consistorio ordenó el lunes a la brigada municipal que cambiase uno de estos pasos de peatones, pintado sobre un badén para obligar a los conductores a reducir la velocidad. Quedó sin uso hace más de un año, al plantar arbustos y habilitar una escalera para salvar el desnivel respecto a la calle: la construyeron a unos tres metros de distancia del paso de cebra. Los operarios lo borraron y pintaron uno nuevo ante la escalera (ver desglose).
El otro paso de cebra sin utilidad está en al inicio de la avenida, en la confluencia con la calle Major y junto a una parada de autobuses. Lleva allí varios años y no está claro cómo acabó enfrentado con una densa pared de arbustos. Así lo explicó el alcalde, que indicó que aún no han decidido qué hacer con él.
Por otra parte, el ayuntamiento ha llevado a cabo obras para rehabilitar el paseo de la colonia de Al-Kanís. Esta actuación, con un presupuesto de 8.500 euros, es un paso para recuperar la memoria de este espacio surgido de la revolución industrial entre finales del siglo XIX y principios del XX.