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Prullans, pan con sello municipal

Jaume Corral y Maribel Castromil gestionan la panadería desde hace 20 años || A petición del consistorio

Maribel Castromil en la panadería que lleva con su marido desde hace más de 20 años en Prullans.

Maribel Castromil en la panadería que lleva con su marido desde hace más de 20 años en Prullans.C.SANS

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Jaume Corral lleva 20 años levantándose a primera hora de la mañana para tener preparado el pan que empieza a repartir a las seis cada día de la semana en verano y cuatro los meses de invierno, incluso con más de medio metro de nieve en las calles. Llegó a Prullans, en la Cerdanya leridana, con Maribel Castromil, su mujer, desde Figaró (Vallès Oriental), respondiendo al reclamo del entonces alcalde, Daniel Górriz, que se interesó por ellos y les ofreció todo tipo de ayudas para que los vecinos de la población recuperaran el horno de pan que perdieron hacía entonces 12 años tras la jubilación del panadero local. El municipio, con apenas 230 vecinos, dispone de un servicio tan indispensable como es la panadería gracias a la insistencia y colaboración del ayuntamiento que tiene clara la necesidad de “luchar contra la despoblación y la pérdida de servicios cada vez más presente” en territorios de montaña, tal como asegura el actual alcalde, Albert Maurell. La corporación sacó a concurso la concesión del equipamiento municipal por un período de 15 años y con un presupuesto de 39.600 euros, lo que equivale a un alquiler mensual de 220 euros, un precio que consideran “asequible de acuerdo con las posibilidades del negocio”. La administración, dice Maurell, debe prestar los servicios básicos a sus vecinos y un horno de pan en una población envejecida es tan indispensable como el consultorio médico o la farmacia. Los responsables del horno reconocen que los meses de invierno, exceptuando las Navidades, son “duros” y que complementan la actividad en el pueblo con el reparto por localidades cercanas como Meranges, Mussa o Bellver. “Cada semana acabo haciendo alrededor de 700 kilómetros sin salir de la comarca”, dice Corral. Aseguran que después de tantos años ya se sienten como “dos más del municipio” y que perciben cómo los vecinos del pueblo “valoran no tenerse que desplazar en coche hasta otros municipios” a comprar el pan.

Maribel Castromil en la panadería que lleva con su marido desde hace más de 20 años en Prullans.

Maribel Castromil en la panadería que lleva con su marido desde hace más de 20 años en Prullans.C.SANS

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