TRIBUNALES VIVIENDA
Echan a una pensionista de su piso por una subasta de hace 35 años
Sus hijas intentan impedirlo en el juzgado pidiendo que se reconozca su propiedad || Vive allí desde 1971 y el dueño es un grupo que lo adquirió por 6.010 euros
La familia Moreno Castillo ha iniciado una batalla judicial para evitar que echen a su madre, de 73 años e incapacitada, del piso de Balàfia en el que vive desde el año 1971. En 2017 descubrieron que el piso había sido subastado en el año 1984, había pasado por diferentes propietarios y que en 2017 lo había adquirido un grupo inversor por apenas 6.010 euros. “Los actuales propietarios exigen a mi madre que si quiere mantener la vivienda pague un alquiler de entre 300 y 350 euros mensuales cuando cobra una pensión no contributiva de unos 400 euros”, según explicaron ante las puertas del juzgado Mari Luz y Mari Valle, dos de las hijas de la mujer, que recibieron el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Lleida.
Su objetivo es recuperar la vivienda por usucapión (adquirir una propiedad por su posesión pacífica durante un largo periodo de tiempo) o por retracto (adquisición preferente por el mismo precio). Ayer se celebró la vista en el juzgado de Primera Instancia número 7 de Lleida.
“En casi 40 años nadie, hasta ahora, había reclamado la propiedad”, afirman las afectadas
“En casi 40 años nadie, hasta ahora, había reclamado la propiedad”, afirman las afectadas
Mari Luz, que es la representante legal de la afectada, explicó que “mis padres fueron a vivir al piso en 1971 y, al separarse, mi padre quedó como propietario, aunque ella se quedó allí con sus cinco hijos, todos menores. Siempre habíamos pensado que el piso continuaba siendo de él pero en 2017 conocimos que lo perdió por impago y el BBVA lo subastó en 1984. El inmueble fue cambiando de propietarios pero, en casi 40 años, nadie, hasta ahora, lo había reclamado”. También añadió que “mi madre siempre ha pagado la luz, el resto de suministros y la comunidad de vecinos. ¿Cómo íbamos sospechar que no era nuestro?”. Tras el juicio, las afectadas se mostraron decepcionadas, aunque afirmaron que “vamos a luchar hasta el final. Sería una injusticia que mi madre se quedara en la calle tras perder un piso en el que lleva viviendo desde el año 1971”.