Alcaldes denuncian que el plan de evacuación nuclear está obsoleto

Alcaldes del sur del Segrià y Les Garrigues, los más cercanos a la planta nuclear de Ascó, denunciaron ayer que los planes de evacuación nuclear y de emergencias han quedado obsoletos y reclamaron más inversión para mejorar equipos e infraestructuras que permitan aumentar la seguridad, como sistemas de megafonía, mejoras en caminos para adecuarlos como vías de evacuación y disponer de cobertura de telefonía móvil. Unas peticiones que hicieron llegar ayer al Síndic de Greuges en el consell de la Ribera d’Ebre donde presentó el borrador del informe que elabora sobre las carencias de los planes de emergencia nuclear (PENTA) a los alcaldes de la zona de influencia de las centrales nucleares de Ascó y Vandellós. Rafael Ribó comprobó in situ los problemas de evacuación que se podrían vivir y las carencias tecnológicas que todavía hay en la zona, como puntos negros sin cobertura de telefonía móvil. Por su parte, el Síndic dio un plazo de diez días para que los ayuntamientos terminen de trasladarle las sugerencias y demandas que recogerá el informe así como propuestas y reclamaciones de entidades y particulares. El informe definitivo se hará llegar al ministerio del Interior, a la Generalitat y al Defensor de Pueblo Español. Antes de la reunión con una cuarentena de alcaldes, el Síndic visitó la estación de clasificación y descontaminación de Maials, la escuela de Ascó y el centro de emergencia nuclear de Vinebre. Allí pudo comprobar algunas de las deficiencias del Penta y los planes municipales que denuncian los alcaldes. El alcalde de Bovera, Oscar Acero señaló que Ribó pudo comprobar que hay puntos negros sin cobertura de telefonía y que los caminos de evacuación están muy dañados. “Vio como el sistema de megafonía no funcionaba y le explicamos que durante el año nadie nos informa sobre la renovación de los planes. Asimismo, el edil de Maials, Joan Segura, reclamó las inversiones necesarias para mejorar los caminos de evacuación. Los alcaldes recordaron que las carreteras están preparadas para una hipotética evacuación en un radio de 10 kilómetros pero la inversión no abarca más allá de este perímetro, como es el caso de la C-12, el eje del Ebre.