SEGRIÀ
«Generar nuevos empleos es el gran reto de las zonas que viven de la tierra»
El Segrià es el ejemplo más claro del crecimiento de las poblaciones satélite que están en los alrededores de la capital. Mientras Lleida ciudad gana habitantes, también lo hacen los municipios que están a su alrededor, cuyo censo aumenta por aquellos que llegan atraídos por los servicios y una mayor tranquilidad que en la capital de Ponent. Este es el caso de Torrefarrera (3.037 vecinos más en 12 años), Alpicat (2.818) o Rosselló (1.397). También municipios como Alcarràs (4.707), Alcoletge (1.801) o Almacelles (1.314) han crecido demográficamente debido a sus buenas comunicaciones, experimentando este último una ganancia de unos 10 habitantes al mes.
Por otro lado, poblaciones del Segrià más alejadas de la capital y que su economía siempre ha dependido principalmente del sector primario han visto mermada su población al mismo tiempo que el envejecimiento ha ido creciendo. Es el caso de Llardecans, que ha perdido 190 habitantes en los últimos 12 años, o Almatret, que ha pasado de tener 513 habitantes censados en 1996 a 314 en 2018, perdiendo más de 200 vecinos. El motivo de este fenómeno es, según el alcalde de Almatret, Jordi Tarragó, “la dificultad para crear nuevos lugares de trabajo y la desvalorización del sector primario”, hechos que comportan que los jóvenes emigren a las ciudades para estudiar y tener más oportunidades en un mercado laboral con más oferta. Ante esta situación Almatret se plantea alternativas de desarrollo basándose en su pasado ligado a las energías, pues antaño se explotaban minas de carbón en la zona y actualmente hay un parque eólico. Para ello se impulsará el Centro de Interpretación de la Energía, una iniciativa con la que esperan atraer a escolares y visitantes para dinamizar la zona al mismo tiempo que se crearían nuevos puestos de trabajo.