RIEGOS CONMEMORACIONES
El canal que renace después de un siglo
Alcarràs celebra la llegada del riego al municipio hace 104 años |
H
ace 104 años el agua del Canal de Aragón y Catalunya llegó a Alcarràs. En este municipio del Segrià, los agricultores estrenaron a mediados de la década de los sesenta del pasado siglo una de las primeras balsas internas de regulación gestionada por la propia comunidad local. Precisamente, este hito se celebró el pasado día 7 con una jornada dedicada a analizar el enorme adelanto que supuso regar.
Lleida, Almenar, Almacelles, Alguaire, Alfarràs, Alcarràs, Seròs, Massalcoreig, Soses y Aitona en Catalunya
El Aragón y Catalunya, unos de los riegos centenarios de Lleida junto con el del Urgell y Pinyana, tiene más de 130 comunidades de regantes y abastece a un total de 104.850 hectáreas. El 60% están en Aragón y el 40% en Catalunya. Es un ejemplo de colaboración entre ambos territorios, según constató la propia presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Maria Dolores Pascual en esta conmemoración.
En 1906 se inauguró esta infraestructura que, según su impulsor, el ingeniero y político Joaquín Costa, “se hizo para erradicar el hambre de la zona”. De hecho, “gracias al agua fue posible cultivar trigo y hacer pan”, explicó el actual presidente del canal, José Luis Pérez. El riego de cultivos fue prácticamente la única finalidad de esta infraestructura hasta la década de los cincuenta. A partir de entonces se extendió también la ganadería con cientos de granjas. En los años 60 comenzó la proliferación de frutales y, ya en los 90, este regadío fue pionero en reconvertir el riego a manta en aspersión. Al mismo tiempo, en su área de influencia comenzaron aparecer fábricas agroalimentarias. En la actualidad, según Pérez, hay 15.000 explotaciones agropecuarias en el área regable y otros tantos trabajadores autónomos. El 80% de la fruta que se produce se destina a la exportación, al igual que el 50% de la carne que se produce en de la zona y más del 40% del forraje (alfalfa) que se cultiva.
Según Pérez, los retos para el futuro son la construcción de tuberías paralelas a las conducciones generales para regar por gravedad y eliminar las estaciones de bombeo. La primera de ellas saldrá de la acequia de la Mola, una intervención que supondrá una inversión de 5 millones de euros. Por otra parte, el canal también proyecta modernizar 20.000 hectáreas, que serán las últimas en suprimir el sistema a manta, con placas solares en los próximos diez años.