Siete parroquias del Pla obligan a las familias a 3 años de catequesis para hacer la comunión

La Agrupación Parroquial de Mollerussa (formada por El Palau d’Anglesola, Fondarella, Golmés, Miralcamp, Mollerussa, Sidamon y Vila-sana) obliga a las familias a hacer tres años de catequesis para que los niños puedan hacer la primera comunión. Este proceso implica también a los padres y madres, que durante estos tres años deberán acudir a dinámicas de familia y acompañar a sus hijos durante la formación católica. Estas parroquias forman parte del obispado de Solsona y fuentes de la diócesis explicaron que esta fórmula surgió porque el obispo, Xavier Novell, buscaba la manera “de hacer que la comunión no sea una cosa banal”, porque “es algo que pertenece a las raíces de la fe y lo venden como una fiesta social”. Este proceso, que se implantó hace dos años pero este es le primero que afecta a las familias, es “una decisión que se ha tomado de forma colegiada entre el obispo, los curas y los laicos”, aseguraron las mismas fuentes. Esta directriz ha provocado la indignación de padres y madres de estos municipios del Pla al considerar que “es una imposición sin que se ofrezca una alternativa” y que es un sistema que “cuestiona nuestra fe”. En este sentido, desde la diócesis apuntaron que pueden “ir a cualquier otra parroquia o cambiar de obispado”. Preguntados por si prevén modificar este proceso para adaptarlo a las demandas de las familias, respondieron que no está encima de la mesa “abaratar el producto”. Algunos de los afectados ya están buscando una alternativa en otras parroquias. No obstante, denuncian que el obispado tendría que garantizar “el derecho a hacer la comunión sin tener que pasar por este proceso de evangelización de tres años”. Aseguran que esta medida es “desproporcionada” y que “no atiende a la realidad actual de la sociedad”. Por el momento, la Agrupación Parroquial de Mollerussa es la primera del obispado de Solsona en la que se ha puesto en marcha esta iniciativa, que se irá implantando en el resto de parroquias (entre las que se encuentran Cervera, Tàrrega y Solsona). Los padres y madres también denuncian que este sistema también obliga a desplazarse hasta Mollerussa para hacer la catequesis y la implicación que piden también se resume “en asistir a misa y a cursillos en la capital del Pla”. Hasta ahora, todo el proceso de la catequesis se llevaba a cabo en los respectivos municipios.

El obispo Novell, en la glosa del pasado 6 de octubre, dijo que “hace mucho tiempo que hemos descubierto que la mayoría de los padres que piden la primera comunión para sus hijos tienen una experiencia de fe tan débil que es imposible” que “se conviertan en trasmisores de la fe”. El obispo aseguró que “algunas parroquias” están “uniendo catequesis con los niños, contacto con los padres en vistas a invitarlos al curso Alpha y participación en familia a la eucaristía principal de la comunidad”. Según Novell, el “objetivo principal” de la catequesis es “la conversión de los padres”. Del mismo modo, a mediados del año pasado el obispo ya tildó de “espectáculo” las bodas y las comuniones. “Me choca que las primeras comuniones se hayan convertido en eucaristías donde casi solo acuden los invitados -la mayoría, no practicantes. Eso hace de estas asambleas, como en las bodas, se viva la celebración como un ‘espectáculo’ más o menos valorado en función de si sus ‘protagonistas’ salen más o menos ‘en escena’”, aseguró.

El obispo Novell asegura que el “objetivo principal” de la catequesis es “la conversión de los padres”

Por otra parte, familias de Agrupación Parroquial de Mollerussa denunciaron que el proceso de la confirmación también obliga a superar un ciclo de formación parecido al de la comunión y que dura entre 3 y 5 años. Este sistema incluye un seguimiento con un monitor durante este periodo, que se encarga de evaluar la evolución de la fe para poder recibir este sacramento.