El ACA instalará 50 depuradoras en la Segarra para sanear las aguas residuales de pueblos

La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) proyecta instalar medio centenar de depuradoras en la Segarra. Según explicó el presidente del consell, Francesc Lluch, la comarca ha sido escogida para este despliegue de la red de saneamiento por ser una de las que está en la cola de Catalunya: actualmente solo dispone de tres instalaciones de este tipo. La falta de depuradoras hace que las poblaciones se vean obligadas a verter sus aguas residuales en pozos secos, ríos y rieras.

Según Lluch, estos vertidos a cauces son motivo de frecuentes sanciones a los ayuntamientos. Los consistorios, a su vez, las reciben con frustración e impotencia al no disponer de medios con los que tratar de forma adecuada las aguas residuales. El proyecto del ACA prevé desplegar sistemas de depuración mediante tratamientos químicos, cuya capacidad y coste variará en función del tamaño de cada población. En este sentido, Lluch apuntó que, que si a las obras se suma el coste de mantenimiento y los empleos vinculados a estas instalaciones, la inversión podría alcanzar los cien millones de euros. Según explicó el presidente del consell, se trata de un plan que se ejecutará en un periodo entre cinco y diez años.

En la actualidad disponen de depuradoras Cervera, la más antigua de Lleida instalada en 1985 y prevista para una población de 24.434 vecinos; Guissona, desde 1991 y prevista para una población de 10.035 habitantes, estás dos son de lagunas aireadas. La tercera está en Sant Guim de Freixenet, instalada en 1998 y única en Lleida al usar un sistema de lagunaje natural.

El problema del saneamiento de la Segarra radica en la gran dispersión de la población en pueblos muy pequeños. La comarca tiene casi un centenar de núcleos habitados, de los que 35 tienen menos de veinte vecinos. Las poblaciones más grandes sin sistemas de depuración de las aguas residuales son Torà, con 1.100 habitantes y los pueblos de Sant Ramon y Sanaüja con unos 400 cada uno.