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Una gran roca corta una carretera en La Granadella

Imagen de la roca que cayó ayer sobre la carretera C-233 en La Granadella, ya en un margen de la vía.

Imagen de la roca que cayó ayer sobre la carretera C-233 en La Granadella, ya en un margen de la vía.M. REBULL

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La carretera C-233 quedó cortada ayer a su paso por La Granadella, entre esta localidad y el Soleràs, durante casi cinco horas tras la caída de una roca de gran tamaño. El desprendimiento tuvo lugar en el punto kilométrico 28 alrededor de las 15.00 horas, según la alcaldesa de La Granadella, Elena Llauradó. La vía quedó cerrada hasta última hora de la tarde y reabrió a las 19.45 horas, aproximadamente, cuando desplazaron la piedra hasta un margen de la calzada. Retirarla del todo podría exigir desmenuzarla, debido a sus grandes dimensiones.

El alcalde de El Soleràs, Jordi Sarlé, fue alertado por un vecino y acudió al lugar del desprendimiento, donde esperó a que llegaran los Mossos d’Esquadra para hasta que estos llegaron y regularon el tráfico. Al caer la noche, operarios desplegaron señales luminosas para alertar a los conductores de la presencia de la roca en la calzada. Este desprendimiento en La Granadella llega tras un fin de semana de heladas y de intensa niebla, con niveles muy altos de humedad. Estas condiciones meteorológicas podrían haber favorecido la caída de la roca.

Cabe recordar que el último desprendimiento en una carretera de Lleida fue el que se registró en la C-13 entre Rialp y Llavorsí, que cortó la carretera el 27 de diciembre. Dos días después se abrió uno de los carriles y desde entonces se puede circular por este punto con paso alternativo (ver desglose).

El territorio pide mejoras en sus carreteras Los desprendimientos que se han registrado en las comarcas de Lleida a lo largo de los últimos años han provocado la indignación del territorio, que pide mejoras en las carreteras y en los taludes y más inversiones para prevenir nuevos aludes de rocas. El último fue el de la C-13 entre Rialp y Llavorsí, que cortó la carretera durante dos días. Perjudicó al sector turístico y reactivó la histórica reivindicación del túnel de la Bonaigua. Asimismo, los prinicipales ejes viarios del Pirineo (C-14, N-230, N-260 y la CG1 en Andorra y vías de la red secundaria) han estado cortados por desprendimientos durante los últimos dos años. En 2018, cuando se registraron lluvias de récord en las comarcas de Lleida, hubo más de 110 desprendimientos.

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