ESPACIOS NATURALES REGULACIÓN
Mont-rebei urge seguridad
Los excursionistas regresan al congosto tras una semana con los accesos cerrados por desprendimientos || El territorio exige una evaluación en profundidad de los riesgos y actuaciones para garantizar la seguridad
Los excursionistas regresaron ayer a Mont-rebei, después de que los accesos hayan pasado una semana cerrados por desprendimientos. Sin embargo, persistían restricciones de paso por riesgo de caída de rocas y la inestabilidad geológica sigue preocupando al territorio, que exige soluciones que mejoren la seguridad en este espacio natural que visitan cada año cerca de 200.000 personas. Ha sufrido 4 cierres en dos años por aludes y nada permite esperar que el de esta semana sea el último.
Los alcaldes reclaman abordar este problema desde la raíz. “Es necesario saber cómo estamos para actuar y garantizar la seguridad de los miles de visitantes que cada año disfrutan este enclave único”, explicó el alcalde de Sant Esteve de la Sarga, Jordi Navarra. Por ahora, solo recuerda a los excursionistas que recorren el congosto “bajo su responsabilidad”. Ayer era posible ver a algunos haciendo caso omiso de las cintas que señalizaban la restricción de paso en la zona afectada por aludes.
Estudios del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC) han detectado inestabilidad en las laderas y alertan de un posible colapso en los accesos de forma “inminente”, ya que hay un incremento constante de fisuras y se constatan movimientos. “No profundizar en el diagnóstico geológico y actuar a medida que los problemas se presentan no es efectivo ni viable económicamente”, dijo Navarra. Para la alcaldesa de Àger, Mireia Brugués, la prioridad es la seguridad e implantar un protocolo de actuación, financiación y seguridad en el desfiladero y en los pueblos por donde se accede a él.
Mont-rebei perdió el pasado verano un 10% de los turistas respecto al de 2018. Esto se debió principalmente a los cortes en el acceso de Sant Esteve de la Sarga como consecuencia de aludes en julio y agosto, que mantuvieron la carretera cerrada más de dos meses, según datos de la Fundació Catalunya-La Pedrera, titular de las 600 hectáreas de la parte catalana del congosto. Tanto en 2018 como en 2019 hubo desprendimientos en el mismo periodo que anularon reservas en el parking de la Masieta, en Sant Esteve. A principios del año pasado también se cerró la pasarela entre Lleida y Huesca al soltarse clavijas y fue necesaria una actuación de mantenimiento exhaustiva.
Los gestores turísticos que organizan actividades en el desfiladero vieron como en verano llegaron cancelaciones (25% menos) provocadas por el cierre, a la espera de certificar la seguridad para los visitantes. Los alcaldes recuerdan que el riesgo cero no existe en el medio natural, pero recalcan la necesidad de inversiones para asegurar la movilidad y mejorar la seguridad. Asimismo, recuerdan que los ayuntamientos de la zona carecen de recursos para preservar los accesos y las laderas.