Condenado un camionero por manipular el tacógrafo

El Tribunal Supremo ha condenado a seis meses de prisión y a una multa de 1.080 euros a un camionero leridano que manipuló el tacógrafo de su vehículo. El tribunal considera que es autor de un delito de falsificación de documento público al considerar que “los registros generados por un tacógrafo son documentos oficiales a los efectos jurídico-penales. Y la manipulación fraudulenta de un tacógrafo que dé como resultado la alteración de registros del instrumento, realizada con la finalidad de sortear controles policiales y administrativos, constituye un delito de falsedad documental, sancionado penalmente como un delito de falsedad documental”.

La infracción fue detectada el 9 de marzo de 2016 en la autopista AP-7 a su paso por Aiguaviva (Girona). Los Mossos descubrieron que el camión que conducía un leridano tenía “colocado un imán en la parte metálica del sensor de movimiento del aparato obligatorio que inhibía su funcionamiento, provocando que el tacógrafo registrara un descanso mientras circulaba, generando así documentos físicos digitales a presentar ante la administración no ajustados a la realidad del trayecto y descanso reglamentarios realizados”. Un juzgado de lo Penal de Girona impuso al conductor acusado la condena de medio año de prisión y una multa de 1.080 euros. El camionero la recurrió ante la Audiencia de Girona, que la revocó y lo absolvió al considerar que los registros manipulados del tacógrafo no constituyen una simulación documental. Sin embargo, la Fiscalía presentó un nuevo recurso de ante el Tribunal Supremo, que revoca la absolución de la Audiencia de Girona y condena al camionero en una sentencia que ya es firme.

Cazada con matrícula falsa para no pagar multas de 80.000 euros Los Mossos han denunciado penalmente por un delito de falsificación a una conductora del Vallès Oriental que utilizaba una matrícula falsa para no pagar las multas de radar. Su coche había llegado a acumular 80 sanciones por valor de 8.000 euros en un plazo de dos años. La investigación determinó que la matrícula que llevaba no era la originaria y variaba un solo número, en concreto cambiaba un 9 de la real por un 7, a la falsificada. Los agentes también observaron que el vehículo tenía unos tornillos en la placa de matrícula posterior que facilitaban la estafa.