MOVILIDAD FERROCARRIL
Frente común para utilizar las líneas de tren como red de cercanías de Lleida
La Generalitat prepara una nueva propuesta y estudios de la Diputación lo avalan
Generalitat y Diputación encabezan un nuevo frente institucional para relanzar y actualizar la reivindicación de una red de trenes de cercanías para Lleida, que incluiría las líneas de la costa y de Manresa, así como las de Monzón y La Pobla. El Govern prepara su propuesta para la primavera, y estudios del ente provincial avalan que es viable hacerlo.
Un nuevo frente de instituciones, con la Generalitat y la Diputación a la cabeza, relanzará en los próximos meses una antigua reivindicación: utilizar las líneas ferroviarias de la costa (R-13 y R-14), de Manresa (R-12), La Pobla e incluso la de Monzón para crear una red de trenes cercanías que una Lleida con las capitales del llano. El Govern trabaja en una nueva propuesta, que espera presentar en primavera y que incoporará tanto trenes como líneas de buses. El ente provincial, por su parte, ha elaborado estudios que avalan que el proyecto es viable. Las dos administraciones participarán el martes en una reunión de la plataforma que reclamar mejorar la R-12.
La creación de una red de cercanías leridana figuraba en la planificación de transportes de la Generalitat hace una década, pero quedó paralizada por la crisis. El secretario de Movilidad, Isidre Gavín, explicó que la nueva propuesta debe integrar tanto ferrocarril como transporte regular en buses allí donde no hay vías. “Corredores como los que unen Lleida con Alcarràs y Alfarràs están bien cubiertos con autocares Exprés”, valoró, y señaló que, entre la capital del Segrià y Balaguer, tren y bus suman casi treinta trayectos al día. “En cambio, entre Lleida y Cervera hay margen de mejora”, añadió. Esto requerirá “rehacer el traspaso” por el que la Generalitat recibió en 2008 las líneas de Manresa y la Costa, sin la propiedad de los trenes ni la infraestructura.
Por su parte, estudios encargados en 2019 por la Diputación avalan el “potencial” de la R-12 como línea de cercanías. Destacan que más de la mitad de los viajeros lo utilizan en trayectos entre Lleida y Cervera, y que más allá de la Segarra hasta Manresa su uso decae. El informe señala que el uso de esta línea como tren de cercanías se ve lastrado por deficiencias bien conocidas: infraestructuras deteriorada y trenes viejos, con convoyes que superan los 40 años. Todo ello, recuerda, se traduce en retrasos e incidencias. A la precariedad de esta línea se suman los gravísimos daños de la línea de la costa por el temporal de octubre, que obligan a recorrer en bus el tramo de Lleida a L’Espluga de Francolí.
“Rehacer el traspaso” de líneas a la Generalitat y paliar las deficiencias
Gavín reveló que, el pasado 16 de diciembre, se reunió con el Gobierno de Aragón para abordar la posibilidad de colaborar para potenciar la línea ferroviaria entre Lleida y Monzón, que forma parte del plan de la Generalitat para la red de cercanías leridana. “Cada línea tiene una casuística diferente”, recordó. Solo la línea de La Pobla es propiedad del Ejecutivo catalán, mientras que el traspaso de las de la costa y Manresa dejó la infraestructura en manos de Adif y los trenes en las de Renfe. Gavín apuntó que no plantean por ahora asumir estos activos, sino “rehacer” el acuerdo de 2008. Esto supone exigir que se cumplan condiciones fijadas entonces, como que el Estado pague el déficit de explotación de líneas (270 millones al año) y firmar el contrato de servicios con Renfe que nunca se hizo. Por otra parte, reclamarán fijar inversiones por convenio, tras incumplirse el compromiso de invertir 4.000 millones.
El tren de La Pobla, de languidecer a más de 250.000 viajeros al año
El tren de La Pobla transportó el año pasado a 251.506 pasajeros, una cifra que ratificó la tendencia al alza desde 2016, cuando Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) asumió la operativa con trenes propios en lugar de utilizar los de Renfe y multiplicó los trayectos diarios tras los recortes que los redujeron en 2012. Esta línea superó por primera vez el umbral de los 200.000 viajeros en 2006, un año después de que el Estado traspasase la infraestructura ferroviaria a la Generalitat. En mitad de la crisis, el Govern redujo los trayectos con solo tres trenes de ida y vuelta entre Lleida y Balaguer y uno al Pallars, y el número de pasajeros fue cayendo hasta los 60.000 usuarios en 2016. Esto ocasinó movilizaciones en el territorio que concluyó con los nuevos trenes y frecuencias. En el plan que prepara la Generalitat, el tramo entre Lleida y Balaguer funcionaría como cercanías y de allí a La Pobla, como un tren regional.