SEGRE

INVESTIGACIÓN TRATA DE SERES

Liberan a 61 personas explotadas por una mafia en Lleida y Valencia

Eran captadas en Rumanía y Bulgaria || Vivían hacinadas y los mafiosos se quedaban casi todo el dinero tras cobrar por el trabajo de las víctimas

Los investigadores descubrieron a 25 personas en una de las casas.

Los investigadores descubrieron a 25 personas en una de las casas.GUARDIA CIVIL

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La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal especializada en introducir en España, mediante engaño y abuso de situación de superioridad, a personas del Este de Europa, principalmente de Rumanía y Bulgaria, con el fin de explotarlas laboralmente como temporeros en provincias como Lleida, Castellón y Valencia. En la última fase de esta operación, los agentes han conseguido liberar a 21 víctimas. La Guardia Civil ha detenido a cinco personas, todas ellas de nacionalidad rumana, a las que se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal y de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, habiendo ingresado cuatro de ellas en prisión. Las dos personas con más peso en esta organización delictiva son un matrimonio afincado en la provincia de Castellón y con antecedentes por hechos similares.

Las víctimas eran captadas en sus países de origen, Rumanía y Bulgaria concretamente, aprovechando siempre alguna situación de vulnerabilidad tanto económica como personal, ofreciéndoles un contrato de trabajo en España con remuneraciones en metálico por los trabajos realizados, así como una vivienda digna y gratuita durante toda la duración del contrato laboral. Al llegar a España tras pagarse ellos mismo el viaje, eran recibidos por el matrimonio, que les sometía a duras condiciones laborales y, con la finalidad de tenerlos controlados en todo momento, les informaban de que no podían salir bajo ningún concepto de las casas donde se alojaban, salvo para ir a trabajar. Las víctimas dormían y hacían vida en condiciones de hacinamiento. Los investigadores descubrieron en una de las casas de la organización que hasta 25 personas compartían tres habitaciones y una cocina común. Las víctimas trabajaban de 7.30 a las 18.30 horas de lunes a domingo descansando solo 15 minutos para comer. Los payeses pagaban por la mano de obra a la organización mafiosa, de la que creían que era una empresa normal, y esta se quedaba prácticamente todo el dinero, sin que los trabajadores recibieran apenas nada.

Se estima que en los últimos nueve años, la red habría captado y trasladado a más de 1.000 personas.

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