Las intensas lluvias llenan los pantanos y los cultivos, sin riesgo de problemas de riego

Las lluvias del pasado otoño, de enero y de esta última semana han llenado los pantanos de Lleida y garantizan una campaña de riegos, que comenzó entre finales de febrero y mediados de marzo, sin problemas este verano. La mayoría de las comunidades de regantes tienen los riegos bajo mínimos y el agua que circula es para garantizar abastecimientos y usos industriales. Así, en el Canal d’Urgell circulan dotaciones mínimas de 10 metros cúbicos por segundo en el Principal y de 4 por el Auxiliar para dar agua de boca. “Con lo que ha llovido contamos con que no se vuelva a regar hasta la semana del 4 de mayo”, indicaron responsables de la Casa Canal. En Pinyana el caudal es de 5 metros cúbicos por segundo y el riego es anecdótico, lo mismo que en el Aragón y Catalunya donde la petición de agua ahora mismo es baja. Aumentará sensiblemente en 8 o 10 días cuando comience la siembra masiva de maíz, según explicó su presidente, José Luis Pérez. Otros riegos como el Segarra-Garrigues, el Algerri-Balaguer, el Segrià Sud o el Garrigues Sud también indicaron que la demanda es escasa.

Por lo que respecta a los embalses, Rialb y Oliana, que suministran al Canal d’Urgell y al Segarra- Garrigues, están al 90% y 55,2%, respectivamente, el último para garantizar espacio ante nuevas precipitaciones y el deshielo (ver desglose). Los pantanos en la cuenca del Noguera Ribagorçana superan los mil hectómetros cúbicos entre Escales, Canelles y Santa Ana. Este último está casi al 72% de su capacidad. Barasona, que da agua al Aragón y Catalunya, tiene una reserva de 85 hectómetros cúbicos, mientras que San Salvador cuenta con 136 que todavía “no se han tocado”, indicó Pérez. Las balsas de suministro de los riegos por goteo están llenas. Por lo que respecta a las reservas de nieve son de 747 hectómetros cúbicos frente a los 379 de hace un año en esta época.

Vigilancia contra la pesca ilegal en el entorno de Rialb

El alcalde de Tiurana, Àngel Villarte, reclamará más vigilancia policial en el entorno del pantano de Rialb, en el perímetro dentro de su municipio, contra la pesca ilegal que se practica desde hace años. La pandemia de Covid 19 ha hecho que las decenas de personas que acuden para capturar carpas, principalmente, hayan cesado en su actividad. No obstante, Villarte teme que vuelvan cuando el control no sea tan constante por la epidemia, sobre todo para evitar el acceso a segundas residencias.

El alcalde asegura que suelen llegar hasta ocho coches al entorno del embalse y que incluso acampan para pasar la noche, algo que está totalmente prohibido por la normativa de la Generalitat. El ayuntamiento no tiene medios para encarar este problema, por lo que reclamará a los Mossos y al cuerpo de Agents Rurals que aumenten los controles. Puntualizó que, en su mayoría, son personas foráneas y lo más preocupante es que dejan las orillas del pantano llenas de basura y que llegan a hacer hogueras. El consistorio sí que tiene que llevar a cabo trabajos de limpieza para evitar el deterioro del entorno y, en las épocas de calor, que los cristales puedan causar fuego.

Los problemas de incivismo que causan están generalizados en casi todo el entorno del embalse y “el hecho de que ahora no se produzcan nos ha hecho apreciar la magnitud de esta problemática que no queremos que se repita”, dijo.

Más chubascos hasta el martes, tras desembalses y desprendimientos Las lluvias de la pasada semana obligaron a desembalsar pantanos. En concreto, Oliana vertió 65 metros cúbicos por segundo y Rialb liberó 38 hacia el río Segre y 24 al Canal d’Urgell, según fuentes de la CHE. Por otra parte, también provocaron desprendimientos que afectaron a varias carreteras del Solsonès, la Segarra y el Alt Urgell. Las precipitaciones recogidas oscilaron entre los 30 y 50 litros por metro cuadrado.