Los pueblos más pequeños exigen flexibilidad en el desconfinamiento

Los pueblos pequeños reivindican flexibilizar el desconfinamiento ahora que el Gobierno central ya está planteando la desescalada ante la evolución favorable de la pandemia del coronavirus. En este sentido, la Associació de Micropobles pide medidas específicas para un desconfinamiento adaptadas a la realidad de los municipios pequeños. Su presidente y alcalde de Torrebesses, Mario Urrea, explicó que la desescalada no tiene que ser igual en ciudades de 100.000 habitantes con un término de 10 kilómetros cuadrados que en pueblos de 200 vecinos con una extensión de 30 kilómetros cuadrados. Por ello, remarcó que las características del territorio deben marcar estas medidas.

Señaló que ha hablado con la consellera de Salud, Alba Vergés, que está “de acuerdo con un desconfinamiento flexible”, ya que “Igualada y Torrebesses no tienen nada que ver”. Señaló que los micropueblos consideran que el confinamiento se tendría que haber hecho de otra forma y aseguró que el aislamiento “se ha respetado mucho”. Cabe recordar que 75 municipios de Lleida no han registrado casos de coronavirus, en su gran mayoría localidades con pocos habitantes (ver SEGRE del domingo). Asimismo, alertó de que cuando se autoricen los desplazamientos a segundas residencias se tendrían que incrementar servicios como los consultorios. Por su parte, el alcalde de La Pobla de Cérvoles, Jaume Estradé, se mostró partidario de que “el desconfinamiento se adapte a cada municipio o comarca”. En el Urgell, la mayoría de alcaldes son partidarios de aplicar medidas más flexibles y el primer edil de Sant Martí de Riucorb. Gerard Balcells, destacó que “la densidad de población es diferente y no tenemos transporte público ni aglomeraciones”, informa Segre Tàrrega. El alcalde de Esterri d’Àneu, Pere Ticó, pidió que se tengan en cuenta las zonas con mucho espacio natural y baja densidad de población. Asimismo, la alcaldesa de Bassella, Cristina Barbens, apuesta por regular las salidas por franjas horarias para evitar que los niños y los mayores coincidan con otros adultos. Urrea se refirió también a la salidas de los menores de 14 años y consideró que en los pueblos no tiene sentido limitarlas a 1 kilómetro de distancia porque los niños “pueden coger un camino cada uno y no encontrarse”.