“No nos pueden prohibir que cambiemos de provincia”

Los municipios situados en el límite provincial de Lleida con Huesca o con Girona reivindican seguir cruzando la frontera administrativa para acudir al trabajo o al médico pese a los planes de desconfinamiento por provincias del Gobierno, que se harán probablemente por áreas de salud. La situación complica las rutinas y separa familias. Por ejemplo, la de la imagen izquierda, que muestra unos padres y una hija separados por el límite provincial que hay en este caso entre Almacelles y Altorricó. El estado de alarma les impide recorrer la distancia de 10 kilómetros que separa los dos pueblos, pero permite cubrir distancias mucho mayores dentro de cada provincia. Numerosas comarcas de Lleida se encuentran en esta situación. La Segarra se halla en la situación más excepcional, ya que desde el punto de vista de la atención sanitaria está dividida en cinco áreas de salud. Entre otras, la de Igualada, que durante semanas ha estado confinada. Por ello, las visitas a su hospital se reprograman en el Arnau de Vilanova, en Lleida. Le ha ocurrido a Herminia Benet, de Guissona, que a sus 85 años y con cáncer de pulmón, insuficiencia respiratoria e insuficiencia cardiovascular tras dos meses de espera para poder ir al hospital de Igualada deberá reprogramarse en Lleida, según le confirmó la semana pasada el CAP de Guissona. De nuevo al otro lado de la frontera con Aragón, la alcaldesa de Mequinensa, Magda Gòdia, confía en que las limitaciones de movilidad no afectarán a los territorios fronterizos y dijo que el Gobierno es sensible con esta situación.