Empieza sin colas la reparación del firme de la A-2 en el Segrià, que reabrirá por tramos

Las reivindicadas obras para rehacer el firme de la autovía A-2 entre las salidas de Torrefarrera y Corbins empezaron ayer sin colas a pesar de que los trabajos comportan el cierre de los dos carriles que van en dirección Barcelona entre estos dos municipios del Segrià y los vehículos circulan por la calzada opuesta, que será bidireccional durante las 6 semanas que durarán las obras. El ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ya llevó a cabo a finales de la semana pasada los trabajos previos y ya reparó 400 metros del firme para poder hacer los desvíos de tráfico previstos (ver SEGRE del sábado).

El subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín, explicó que los trabajos se llevarán a cabo por tramos. Cada semana, los lunes y martes se levantará el pavimento, los miércoles y jueves se instalará el nuevo y los viernes se pintará. Por ello, Crespín aseguró que “cada semana habrá un tramo de aproximadamente un kilómetro de autovía renovado” por el que ya se podrá circular.

Esta es solo la primera parte de un proyecto para renovar el firme en 15 kilómetros de autovía entre Torrefarrera y Els Alamús (variante de Lleida). Este es uno de lo tramos que registra un mayor volumen de tráfico, con una media de unos 40.000 vehículos al día, de los que más de 10.000 son camiones. El Estado invierte 7,6 millones de euros en estas obras, que son una larga reivindicación del territorio, que lleva denunciando desde hace años el mal estado del pavimento de esta carretera, uno de los principales ejes viarios de las comarcas del llano. De hecho, alcaldes del Pla d’Urgell firmaron en septiembre un manifiesto en el que exigían la reforma de la autovía, que consideran “obsoleta”, mientras que los consells del Urgell y la Segarra y ayuntamientos de Lleida aprobaron mociones para pedir mejoras en la seguridad de la vía.

Por otra parte, el Estado ha formalizado el contrato para redactar un estudio para analizar cómo cambiará el tráfico en la AP-2 a su paso por Lleida cuando expire la concesión actual el 31 de agosto de 2021 y el Gobierno asuma su gestión. En este sentido, Crespín apuntó que el objetivo del proyecto es “estudiar cuáles serán los flujos de tráfico” cuando expire la concesión, que actualmente está en manos de Abertis y el Estado ya anunció que no la renovará. El contrato, que se ha adjudicado por 538.000 euros, prevé analizar los tramos de la AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell y de la AP-7 de Tarragona a La Jonquera.

Los datos recopilados permitirán determinar las mejores soluciones para las actuaciones que se tengan que ejecutar para adaptarse a la demanda, tales como la remodelación de accesos existentes, la construcción de nuevos o la implantación de medidas contra el ruido.