“Nos hemos reinventado”

La mayoría de los negocios de proximidad han tenido que reorientar su actividad y su estrategia para adaptarse al estricto confinamiento que se decretó por la crisis sanitaria del coronavirus. Algunos aseguran que han tenido que reinventarse, mientras que otros se han lanzado a la venta online y a la entrega a domicilio para reducir las pérdidas generadas por el cierre de su actividad, como por ejemplo los restaurantes. Por su parte, los negocios que ya ofrecían esta posibilidad, han potenciado estos canales de comercialización.

Cincuenta propietarios de pequeñas y medianas empresas de Lleida son ahora los protagonistas de la campaña de promoción del consumo local que ha lanzado la Diputación a través del Patronato de Promoción Económica. Esta iniciativa busca dinamizar las economías locales poniendo en valor los productores de kilómetro cero (ver SEGRE de ayer).

Aseguran que “la gente se está concienciando de que nos tenemos que ayudar los unos a los otros”

Una de estas empresas es Cal Tomàs, de La Pobla de Segur, que se dedica a la venta de carne de vaca y ternera ecológica y de embutidos. Una de las propietarias del negocio, Laura Gordó, explicó ayer que el 80% de sus clientes son “restaurantes de nivel medio o alto” y el 20% restante corresponde a tiendas, carnicerías y particulares. Con el cierre de los establecimientos de hostelería, en Cal Tomàs potenciaron las ventas a los particulares a través de la web, algo que llevan haciendo desde hace 14 años. Gordó explicó que han hecho “más ventas de las que esperábamos”, aunque “no compensa la pérdida de los restaurantes”, pero que ha paliado los efectos del estado de alarma. En relación al consumo de proximidad, Gordó aseguró que “la gente se está concienciando de que nos tenemos que ayudar los unos a los otros”.

Otro de los protagonistas de la campaña de la Diputación es el propietario y chef del restaurante L’Espurna de Lleida, Jordi Vidal, que aseguró que la pandemia “ha trastocado nuestros planes”. Por ello, durante el primer mes de confinamiento llevaron a cabo “un análisis de las pérdidas” y luego empezaron a ofrecer comida a domilio “para reducirlas”. Este es un servicio que “ha venido para quedarse y lo seguiremos ofreciendo”. Vidal apuntó que ahora “han cambiado las normas del juego”, del mismo modo que los costes del negocio. Asimismo, dijo que “nosotros ya hace tiempo que trabajamos con productores del territorio y esta debe ser una cultura que tenemos que instaurar”.

Julita Duró, de Flors Julita de La Fuliola, es otra de las caras visibles de la iniciativa del Patronato de Promoción Económica. Explicó que los clientes le han pedido ramos a domicilio y que durante la cuarentena recibía pedidos por teléfono y por Whatsapp. Duró asegura que tiene las plantas de exterior en la calle y durante el confinamiento la gente las cogía, le enviaban una foto y le decían: “Julita, he cogido esto y ya te lo pasaré a pagar cuando podamos”. Duró añadió que también le hizo un ramo de flores silvestres a una clienta. En este negocio han perdido los ingresos de las flores de las bodas y comuniones, que se han aplazado por la crisis sanitaria.