SUCESOS INVESTIGACIÓN
Detenido por supuesta explotación laboral en Fraga
Se aprovecharía de la situación irregular de inmigrantes para no pagarles || Es un caso muy aislado en la campaña de la fruta
La Guardia Civil ha detenido a un empresario en Fraga acusado de explotar a trabajadores en actividades agrícolas. Según informó ayer la Benemérita, el investigado tenía varias fincas arrendadas en la zona de Fraga y contrataba a personal para la recogida de fruta, “aprovechándose de su situación irregular y la necesidad económica de estas personas” que se habían desplazado a la localidad de la Franja en busca de trabajo.
La situación de los contrarios era muy vulnerable, según los investigadores, ya que algunos de ellos incluso dormían a la intemperie, y se les ofrecía dinero por trabajar en la campaña de la fruta sin formalizar ningún tipo de contrato. Llegado el momento de abonarles el salario acordado, el detenido retrasaba el pago, por lo que los empleados, cansados de la situación y no pudiendo subsistir sin ningún ingreso, acababan dejando el trabajo sin llegar a cobrar y buscaban otros empleos.
Según la Guardia Civil, el empresario aprovechaba que los propios trabajadores le informaban de que carecían de la documentación necesaria para trabajar en España, lo que hacía poco probable que denunciasen las irregularidades ante las autoridades, además de obligarles a superar la jornada laboral y no faciilitarles ningún tipo de protección frente a la Covid-19. Hasta el momento han sido localizadas diez presuntas víctimas de este empresario. Se trata de un caso muy aislado en la campaña de la fruta, en la que la inmensa mayoría de trabajadores tienen contrato y los payeses les alojan (ver desglose y página 25).
En la misma operación, los agentes detuvieron a un hombre y a una mujer en la localidad riojana de Hormilleja por captar y trasladar hasta La Rioja, mediante el engaño y abuso de su situación de precariedad, a ciudadanos de diferentes nacionalidades para explotarles laboralmente como temporeros en tareas agrícolas. Los trabajadores, de entre 32 a 48 años, residían en el sótano de la vivienda de los detenidos.