La peligrosa vía de Castell de Mur tendrá una variante

La Diputación inició ayer mismo las obras de una variante provisional en el municipio de Castell de Mur, que transcurrirá paralela a la carretera LV-9124 y evitará el paso de los vehículos por esta vía, que permanece cortada desde el jueves por un nuevo desprendimiento de piedras y rocas. La nueva variante tendrá aproximadamente unos 200 metros de longitud, costará 200.000 euros y debe estar finalizada en un mes.

El diputado de Vías y Obras de la Diputación, Marc Baró, explicó ayer que “existe un riesgo geológico muy alto y la amenaza de nuevos desprendimientos es muy elevada, por lo que hemos decidido iniciar lo antes posible un paso provisional”, dijo. Añadió que el ente provincial estudia anular definitivamente la circulación de vehículos por el tramo de carretera (LV9124) donde se han registrado los desprendimientos de rocas. “Los geólogos nos advierten que el riesgo de nuevos aludes es muy alto y la zona está muy dañada y requiere actuaciones para asegurar los taludes de esta carretera”, dijo. Paralelamente, la corporación trabaja en un posible trazado alternativo para llegar a Sant Esteve de la Sarga desde Castell de Mur o desde Cellers, en función de lo que determinen los estudios. Está previsto que la próxima semana se reúnan los servicios técnicos para presentar la mejor opción para esta carretera.

Mientras la nueva variante provisional no entra en servicio, el acceso a Sant Esteve de la Sarga o el congosto de Mont-rebei se puede hacer por la carretera C-1311 que va desde Palau de Noguera (Tremp) hasta El Pont de Montanya o a través de la pista forestal que se abrió en 2018 tras el otro alud que se cobró la vida de dos personas. No obstante, el paso por esta pista requiere de un vehículo 4x4 para transitar por ella. La otra alternativa para llegar a Sant Esteve y el desfiladero es por la carretera de El Pont de Montanyana. El alud del jueves se produjo en el kilómetro 5 de la LV-9124 a pocos metros del último desprendimiento del mes de enero y del que en 2018 se cobró la vida de dos personas. Este tramo fue saneado y estabilizado aunque ahora el riesgo de desprendimientos sigue siendo muy elevado. La Diputación, titular de la carretera, ha financiado los trabajos que se han llevado a cabo en este tramo durante los dos últimos años.