“Esto nos llevará a la ruina de los pueblos”

“Este confinamiento tan bestia nos llevará a la ruina de los pueblos”, así de contundente se mostró el alcalde de Torres de Segre, Joan Carles Miró, tras conocer el endurecimiento del confinamiento en Lleida y siete pueblos del Baix Segre. Aseguró que muchos de los establecimientos de la población no volverán a abrir y tachó de “algo excesivo el cierre” después de semanas advirtiendo a las administraciones que era necesario aplicar medidas para evitar “lo inevitable y ahora la gente está desesperada”. Por su parte, el alcalde de La Granja d’Escarp, Manel Solé, describió una sensación de tristeza “porque no teníamos que llegar a aquí”. “Hemos hecho nuestro trabajo y creo que no ha habido previsión. Advertíamos de la necesidad de más rastreos, de ayudas, los CAP están desabastecidos. Ahora ya es tarde”. En el caso de La Granja el grueso de la campaña de la fruta está en su recta final. Manel Ezquerra, de Alcarràs, aseguró que la medida llega “tarde, mal y sin coordinación”. “Hemos hecho los deberes y sin embargo no formamos parte del Procicat. Poca agilidad e ineficiencia, todo por no volver a fase 2 como se hizo en la Franja (Saidí) cuando tocaba”, dijo. Apuntó que ahora es “imprescindible” un plan de choque económico para paliar los efectos que tendrá este cierre en los comercios y servicios locales. Aseguró estar decepcionado porque “hace días que pedíamos información de casos positivos, hacer confinamientos selectivos, actuar desde la raíz y la respuesta no se ha articulado de la mejor manera”. La alcaldesa de Soses, Sandra Marco, criticó la falta de información. “Hemos trabajado día a día desde hace semanas para que esto no pasara”. Cuestionó la falta de personal para concienciar a los temporeros y la falta de Mossos. Montse Jové, alcaldesa de Massalcoreig, aseguró ser una “medida muy negativa para la población”. “Solo tenemos tres positivos que acaban el confinamiento el martes, el problema no es tan grave”, dijo. Pese a ello, apuntó que sería conveniente “relajar” el confinamiento en el pueblo que vaya superando los contagios. “A mi este confinamiento me suena a castigo”, dijo. En la misma línea se manifestó el alcalde de Seròs, Josep Antoni Romia, que destacó la falta de medidas cuando fue necesario. “Llega tarde y mal, se tenía que actuar en los focos. Aquí solo tenemos un caso y siete acumulados desde el inicio”, dijo. “Pediremos una relajación porque no tenemos tanta presión”. La alcaldesa de Aitona, Rosa Pujol, pidió ayudas para las empresas y comercios de la población y que se cobre de forma inmediata. “Era necesaria más coordinación institucional e implicación”. Lamentó que ayer no se les advirtiera antes y no formar parte del Procicat. El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, explicó que ha pedido un plan de choque destinado a los sectores más afectados, como la hostelería y el comercio. “Lleida está en una situación grave que nos pone a todos a prueba” e hizo un llamamiento a reforzar la autoestima. El presidente del consell del Segrià, David Masot, apuntó que había que encontrar un equilibrio y el consell defiende un confinamiento parcial, ya que el total era una medida excesiva e injusta y condenaría a los pueblos menos afectados.